El recordado José María Jiménez colecciona cimas de prestigio en su palmarés: Angliru, Mont Ventoux, Ordino, Cerler, Pal, Lagunas de Neila, Xorret de Catí, La Rabassa, La Cruz de la Demanda, Los Cortals de Encamp, El Acebo, Urkiola… Una lista que también integra un ilustre desconocido, el Alto de Moncalvillo, que hoy se sube en la Vuelta a España y que tiene como único precedente la Vuelta a La Rioja en 1994… Con victoria del Chava.

Aquel 22 de septiembre de 1994 se disputaba el primer sector de la segunda etapa de la Vuelta a La Rioja, entre Calahorra y el inédito Moncalvillo, sobre 137 kilómetros. La ONCE lanzó pronto su arsenal, con un ataque de Alex Zülle en las primeras rampas, que llegó a superar el medio minuto. En el grupo perseguidor no cedió un joven de 23 años que llevaba dos meses en racha. Chava esperó su momento, rebasó a Zülle y se marchó a por la victoria y el liderato. Su ventaja de 20 segundos sobre el suizo le otorgó el maillot por 16", una renta suficiente para remachar la carrera a falta de la crono por equipos vespertina, que ganó la ONCE, pero no contaba para la general, y de la última etapa de Logroño, que se anotó Johan Bruyneel.

Miguel Indurain también corrió aquella Vuelta a La Rioja, días después de batir el récord de la hora en Burdeos, pero se dedicó a hacer de gregario para que su hermano Prudencio conquistara las metas volantes y los sprints especiales. A la cumbre del Moncalvillo llegó a 12:19 minutos.

Jiménez comenzó así su idilio con las llegadas en alto y con La Rioja, cuya general volvió a ganar en 1997. También en esta comunidad venció en La Cruz de la Demanda en la Vuelta de 2001, con lo que rompió una sequía de 14 meses. En esa misma edición se impuso en Pal y en la cronoescalada de Ordino. Sus últimas gestas antes de iniciar una cuesta abajo que desembocó en su fallecimiento el 6 de diciembre de 2003, a los 32 años. Demasiado deprisa. Demasiado pronto.