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CICLISMO | GIRO

Un Giro incierto

La Corsa Rosa, la gran fiesta del ciclismo italiano, arranca este sábado con una crono y con la esperanza de que el clima y el virus le deje llegar a Milán.

Team Ineos rider Great Britain's Geraint Thomas (L) and teammates pose on stage at the Doric Temple of Segesta, near Palermo, Sicily, on October 1, 2020 during an opening ceremony of presentation of participating teams and riders, two days ahead of the departure of the Giro d'Italia 2020 cycling race. (Photo by Luca Bettini / AFP)
LUCA BETTINIAFP

talia, primer epicentro europeo de la pandemia, celebra desde hoy la 103º edición del Giro. Cinco meses después de la fecha inicial (9 de mayo), la segunda grande que se disputa en la nueva normalidad comienza tras tener que realizar numerosas concesiones, como renunciar a sus fechas primaverales, cancelar su Grande Partenza de Budapest y sustituirla por su novena salida desde Sicilia, e incluso algo tan chocante en el ciclismo moderno como es que su semana decisiva coincida con la inicial de La Vuelta.

Sacrificios, entre los que también estará seguir a rajatabla el protocolo sanitario, para salvar la fiesta del ciclismo italiano, que hoy en la crono de Palermo podría tener su primer día grande si el campeón del mundo Filippo Ganna cumple los pronósticos y se enfunda la primera maglia rosa. Esa con la que sueña, pero para el desenlace en Milán, otro ídolo local mucho más veterano como Vincenzo Nibali, que a sus 35 años, dos títulos y seis podios después, aspira a igualar en puestos en el cajón a Gimondi, Coppi y Simoni. Si lo hace desde el escalón más alto, también batiría el récord de ganador de más edad que pertenece a Fiorenzo Magni, que lo logró con 34 años en 1955.

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El Tiburón es el único ganador de la cita en la salida, aunque sus dos principales rivales también saben ganar grandes: Simon Yates, en la Vuelta 2018; y el favorito en las apuestas, Geraint Thomas, en el Tour de ese mismo año. En las piernas del británico estará hacer olvidar al Ineos su pobre papel en la Grande Boucle de la que fue descartado para dar todos los galones al joven Egan Bernal.

Entre los aspirantes también habrá un Jumbo, el neerlandés Kruijswijk, aunque al frente de una formación menos potente a priori que la que apoyó a Roglic en las carreteras francesas. De hecho, al papel de equipo dominador bien podría recaer en el Astana, con Jakob Fuglsang como teórico líder, pero sobrado de recursos en un ocho en el que aparece Superman López o la joven perla rusa de 24 años, Aleksandr Vlasov. Un representante de la nueva generación, que también aportará a otro corredor muy a tener en cuenta, el portugués Almeida (22 años), con la difícil misión de hacer olvidar en el Deceuninck la baja del accidentado Evenepoel.

Ingredientes que, junto a la pugna en las volatas (Sagan, Viviani, Démare, Gaviria...), pueden ser suficientes para exprimir un recorrido imponente, que apuesta por las etapas largas (ocho superan los 200 kilómetros), las cronos (habrá tres, incluida la última jornada en Milán) y una última semana durísima con colosos muy por encima de los 2.000 metros (Stelvio, Agnello, Izoard, Sestriere…) y con el Mortirolo en la reserva como plan B si la climatología exige no acercarse tanto al cielo. Porque Italia no quiere que nada estropee su fiesta ciclista que, como toda cita que se celebra en la nueva normalidad, tiene un objetivo prioritario: llegar el día 25 a Milán.