Un circuito en casa
Carlos Coloma trabaja los entrenamientos en bicicleta durante el confinamiento gracias a un circuito que tiene instalado en su domicilio.
Carlos Coloma (Logroño, 38 años) afronta el confinamiento con el optimismo y positividad que le caracterizan. Además, la situación familiar acompaña en estos tiempos tan difíciles, sin duda, una bendición. "Por suerte, en cuando a salud, toda mi familia está bien y no tenemos ningún contagiado. Vivimos en un entorno mega privilegiado y sólo eso hace que la parte negativa no te afecte tanto", explicó Carlos a AS por vía telefónica.
El biker del BH Templo Cafés aguarda pacientemente el momento de retomar la normalidad en su trabajo y cumple con el confinamiento en su domicilio de Albelda de Iregua (La Rioja), donde no hay tiempo para caer en la desidia: "No me aburro en casa porque estamos trabajando muy duro para cuando salgamos gracias a las instalaciones que tenemos".
Coloma cuenta en su propia casa con un circuito de mountain bike desde hace diez años, aunque ahora con más tiempo libre ganado ha completado unas pequeñas modificaciones para ampliarlo y así mantener la forma física con garantías. "Está enfocado en la parte del pilotaje, con peraltes, saltos... Es muy técnico. Antes tenía una duración de unos cuarenta segundos, pero durante el confinamiento hice una pequeña modificación con salida al jardín y rodeando la casa con unas curvas cerradas, por lo que ahora tiene un par de minutos. Me sirve para no perder la sensación de conducción y velocidad. Al principio estuve un mes sin rodar en él por toda la situación de los hospitales, pero ahora lo uso con un peto y a una intensidad del 80%, compaginándolo con el gimnasio y el rodillo. A nivel psicológico me está dando una libertad total".
Precisamente ese plano mental cobra especial importancia para los deportistas de élite con la situación actual, ya que hay que encontrar la motivación entre tanta incertidumbre. Pero el riojano ya sabe lo que significa atravesar una situación similar en el pasado, lo que le ha dado mucha más fuerza: "En el 2013 cuando me rompí el hombro sufrí una situación parecida a esta, e incluso más dura. Tuve que entrenar cuatro o cinco meses en casa sin poder salir y aparte el equipo en el que estaba dejó de pagar. Todo esto me hace ver la vida con otro prisma, más positivo, algo que intento transmitirle a mi equipo. Los días se me pasan rápido y no da mucho tiempo a pensar".
Donde sí tiene Carlos la mente puesta es en los Juegos Olímpicos de Tokio, a pesar de que su aplazamiento a 2021 descuadró toda su preparación. En la capital nipona, Coloma afrontará su cuarta cita olímpica tras Pekín 2008, Londres 2012 y Río 2016 (donde consiguió el bronce) con máxima ilusión pese a tener a dos rivales que todos señalan como grandes favoritos al oro: Nino Schurter y Mathieu Van der Poel. "Lo que ha hecho Van der Poel no lo ha logrado nadie y será el corredor más completo de la historia aunque se retire mañana. Pero él no ha corrido ningunos Juegos en MTB y no tiene la experiencia de Schurter, que cuenta con ventaja en ese aspecto. Aunque por su potencia creo que es el único corredor que podría ganar a Nino. Tampoco cierro ninguna quiniela y yo personalmente no tengo miedo a nadie en los Juegos. Si se celebran y estoy en activo tengo clarísimo que voy a ir".
Con la ilusión intacta tras más de veinte temporadas en la élite y un circuito olímpico que se adapta a sus características ("super explosivo, peligroso y creo que el único posible para que corredores como yo podamos competir contra Schurter y Van der Poel"), Carlos será una vez más una de las grandes bazas españolas para conseguir medalla, que nadie lo dude.