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TOUR DE FRANCIA

Se reabre el debate sobre un Tour de Francia sin público

Equipos como Ineos o Education First lamentan que se haya descartado esa posibilidad rechazada en todo momento desde la organización de la carrera.

FILE PHOTO: Colombia's Egan Bernal (C) of Team Ineos wears the overall leader's yellow jersey as he passes with the pack by the Louvre pyramid during the 21st and final stage of the 106th edition of the Tour de France cycling race over 128km bet
POOL NewREUTERS

"Hacer un Tour sin público está descartado". Así de claro se mostró Christian Prudhomme, director de la carrera francesa, cuando se le presentó la propuesta. Una iniciativa que no llegaba de cualquier lado, sino de la propia ministra francesa de Deportes, Roxana Maracineanu. La razón más importante es que esa medida "iría en contra del carácter festivo del evento". Un razonamiento que han apoyado ciclistas, desde el punto de vista emotivo, y, sobre todo, los alcaldes de los municipios por donde pasará la carrera, que no le verían sentido a que sus habitantes no pudieran disfrutar de la prueba.

Con todo el ciclismo convencido de que el Tour es la carrera a salvar, las nuevas fechas fueron aceptadas sin críticas. Un aplazamiento que gana tiempo para que la pandemia remita y, sobre todo, lo que apuntan muchos expertos: un evento multitudinario de este tipo no se podrá desarrollar sin que exista una vacuna accesible y eficaz. Ya sólo controlar la enorma caravana itinerante de la carrera supondrá un enorme esfuerzo.

Sin embargo, una solución intermedia sin público no es mal visto por todos. "Rompería la tradición, pero me parece una buena opción por minimizar el riesgo", asegura Dave Brailsford, mánager de un Ineos que lanzó una clara advertencia a la carrera de que no participará si la seguridad no es total. "Es mejor esa opción que no celebrarse", ha asegurado Jonathan Vaughters, mánager del Education First, en The Guardian.

Salvación económica

No obstante, una vez que el Tour ha logrado recolocarse en las fechas que ha pretendido, la carrera se plantea como una salvación económica del deporte y los equipos, que necesitan visibilidad para hacer buena la inversión de sus patrocinadores. Un Tour de Francia sin público que sólo se pueda vivir por televisión dejaría una imagen triste, pero aseguraría que los equipos participantes pudieran lucir sus marcas.

Algo de lo que también se debe preocupar el propio Tour de Francia, del que estimaciones (su presupuesto no es público) hablan de que su gran rentabilidad parte de las televisiones, que podrían retransmitir la carrera a puerta cerrada, y de sus patrocinadores, que lograrían cierta visibilidad aunque sólo fuera por parte de los medios. Aunque en esa fórmula lo más complicado que parece es controlar al público durante más de 3.000 kilómetros de carrera. Sin embargo, y sin saber cómo evolucionará la situación, lo que se pide es que no se descarte ninguna opción antes de que llegue el momento.