Arrancó la décima edición de la Andalucía Bike Race. La prueba de bicicleta de montaña más importante de cuantas se disputan en Europa cumple su décimo aniversario y ha comenzado con un aperitivo, una contrarreloj individual de 25 kilómetros con epicentro en Jaén. Un aperitivo por su longitud, pero un aperitivo ‘picante’ que ya ha dado algunas pinceladas a los participantes de lo que se avecina hasta el domingo que acabe la competición en Córdoba.

Coincidiendo con esta década de existencia, la Andalucía Bike Race ha conseguido entrar en el selecto club de pruebas ‘Hors Catégorie’, la máxima distinción de la Unión Ciclista Internacional, algo de lo que pocas competiciones de bici de montaña en el mundo pueden jactarse. Un selecto club en el tan sólo están la Cape Epic de Sudáfrica, la Afxentia Stage Race de Chipre o la CIMTB de Brasil. Vamos, que ha entrado en la ‘Champions’ del ciclismo. Y lo hace de la mano de todo un campeón, José Antonio Hermida, que ha tomado las riendas de la organización. Toda una garantía para los ochocientos participantes que compiten, entre ellos los mejores del mundo, que buscan sumar buenos puntos para clasificarse cara a los Juegos Olímpicos.

Y para abrir boca el bueno de Hermida nos ha preparado este picante aperitivo. Aperitivo, porque su distancia no era excesiva, pero picante porque la primera mitad era todo hacia arriba, 13 kilómetros de la espectacular subida del Pincho que nos ha llevado desde el bello marco de la Catedral de Jaén hasta un mirador desde el que se contempla toda la provincia y sus interminables extensiones de olivos. Y, tras el ascenso de 1.000 metros de desnivel no ha habido tiempo para el descanso, porque el vertiginoso descenso ha hecho las delicias de los amantes de la técnica y también sufrir a más de uno. Senderos estrechos entre pinares que nos han llevado de nuevo a la capital para poner fin a la etapa.

El pelotón proseguirá mañana surcando los caminos jienenses con una etapa de 72 kilómetros y 2.190 metros de ascensión total que recorrerá la Sierra Mágina y la Sierra de Almadén en Mancha Real. Un entorno que ha forjado la leyenda de esta prueba con sus bellos parajes y pueblos blancos que se recorren en el camino.