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LA RUTA DE LA VUELTA

Jesús Manzaneque cambió de equipo en la salida de la Vuelta

El manchego se fue al equipo Magniflex, que le recibió con los brazos abiertos. El director le hizo un hueco colocando a uno de sus corredores, Franchini, como mecánico.

Jesús Manzaneque.

La Vuelta a España partió en 1977 de la Dehesa de Campoamor, una urbanización en el término municipal de Orihuela, a 13 kilómetros de Torrevieja, con una raquítica participación, que se quedó más raquítica aún con la inesperada baja del equipo suizo Kanel. Sus integrantes no habían cobrado una sola mensualidad y la situación tampoco se solucionó para la Vuelta, así que sus mecánicos y masajistas optaron por tomar el camino a Alemania, en lugar de España, con el furgón del material y todas las bicicletas, que se apropiaron como pago.

A la Dehesa de Campoamor sí habían llegado los dos ciclistas españoles del Kanel, que para entonces ya había cambiado su nombre a Gentampro, después de que el dueño y primer director, Theo Kanel, se esfumase con las deudas pendientes. Jesús Manzaneque y Fernando Plaza esperaban la llegada de las bicicletas y los auxiliares, que nunca aparecieron.

Manzaneque pudo resolver la situación, porque se ofreció al equipo italiano Magniflex, que le recibió con los brazos abiertos. El director le hizo un hueco colocando a uno de sus corredores, Primo Franchini, como mecánico. "No he cobrado ninguna mensualidad y encima nos dejan en la estacada", se quejaba el manchego, que al menos pudo disputar la Vuelta, que acabó en el puesto 34º. No ocurrió lo mismo con Plaza, que tuvo que volver a casa impotente.

Jesús Manzaneque.
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Jesús Manzaneque.

No fue el único incidente grave en la salida, porque una huelga de Iberia estuvo a punto de suspender el prólogo. Tres equipos extranjeros procedentes de Bruselas, entre ellos el Flandria de Freddy Maertens y Michel Pollentier, se encontraron con que nadie respondía en Barajas por su material. Maertens estaba a punto de regresar a Bélgica cuando el director de la Vuelta, Luis Bergareche, intercedió para solucionar el problema. La organización fletó un chárter para desplazar a los principales ciclistas, y varios autobuses para el resto. Así se salvó el inicio, con 70 corredores de siete equipos, que pudieron ser menos.