Mucho tiempo le ha tomado a Alejandro Valverse decidirse a participar en el Tour de Flandes, uno de los cinco monumentos ciclistas, que tendrá su edición de 2019 este domingo y, por primera vez en la historia, contará en nómina con el corredor murciano, vigente campeón del mundo. 

Valverde, un gran clasicómano que ha conquistado cuatro veces otro monumento como la Lieja-Bastoña y en cinco ocasiones otra clásica de mucha envergadura como la Flecha Valona, además de la Vuelta a España y podios en Giro y Tour, ya amagó el año pasado con dejarse caer por Amberes, pero finalmente sólo probó los adoquines en la Dwaars door Vlanderen. Ahora asegura que "es el momento perfecto" para un asalto a su hermana mayor. 

"Han pasado muchos años sin dar el paso y este parece que es el bueno, especialmente con el arcoíris", aseguró el murciano a la prensa en su hotel de Beveren, donde desembarcó el jueves. Pese a no contar con palmarés sobre adoquines, un terreno en el que nunca se ha centrado, el pedigrí de Valverde en pruebas de un sólo día le ubica como uno de los nombres más importantes de esta edición del Tour de Flandes, que cuenta como siempre con una pléyade de expertos en pavés. Sin embargo él se muestra cauto: "¿Si me considero favorito? No. Me considero alguien capaz de hacer un buen papel". 

Asegura el murciano que ha estado "viendo vídeos de ediciones anteriores" para saber "donde se hacen las selecciones" y que no tiene "miedo de los adoquines". Pero no se concede demasiadas opciones de victoria: "Al 90% no puedo ganar. Luego hay otro 10% que, con buenas piernas y mucha suerte me puede dar la victoria".

"Soy realista y va a ser muy difícil estar con los corredores que conocen bien esta carrera, que son especialistas en pavés, mucho más pesados que yo y con más experiencia", asevera Valverde, que reconoce que a lo mejor ha tardado "demasiado" en aparecer por primera vez en esta prueba y correrá sin presión: "Ganar sería increíble, pero ya estoy contento con mi palmarés".