Nacer Bouhanni pasó en un día del sufrimiento a la gloria. Si el miércoles en Roquetas llegó cerrando la carrera, en San Javier impuso su punta de velocidad para volver a ganar en la Vuelta. Su último triunfo fue en 2014, en Albacete y también en una tarde de abanicos, pero el de este jueves le sirvió para olvidar todo lo que había pasado el día anterior: “Del calvario a la victoria”.

Un triunfo que sirvió al sprinter francés para resarcirse. En la jornada del miércoles de Roquetas no sólo fue el farolillo rojo de la etapa, sino que recibió una sanción por remolcarse con el coche y se habló de que había tenido problemas con su director, algo que tanto el corredor como el Cofidis desmintieron. “Todo eso me dio un plus de motivación”. Aunque sí se extendió sobre los supuestos problemas con la estructura. “Sí me pregunté en un momento si el equipo contaba conmigo y no voy a ocultar que he estado en contacto con otras escuadras. No estar en el Tour fue un golpe duro, pero Thierry Vittu me llamó para decirme que tenía todo su apoyo”, contó el velocista sobre una llamada del presidente del Cofidis, que, según relató, cambió su punto de vista.

Todo eso ha motivado a un sprinter que en 2017 sufrió un gravísimo accidente en el Tour de Yorkshire, pero que este año ha logrado levantar los brazos hasta en seis ocasiones, aunque la de ayer fue su victoria de más prestigio de la temporada: “Estoy muy contento de haber dado este triunfo a Cofidis. Mi compromiso con el equipo es total”.