EI final en alto en La Alfaguara significaba un test para los hombres importantes y se estaba a la expectativa de qué actitud tomaría el Movistar. Pero fue el Lotto-Jumbo el que rápidamente tomó el control, imponiendo un ritmo altísimo, aunque luego no fueran capaces de sacar rendimiento. El equipo español se mantuvo a la expectativa hasta los últimos kilómetros, cuando Simon Yates y Supermán López se fueron por delante. Ahí sí se vio a Alejandro Valverde al frente: “La subida estuvo controlada. Yo tiré para Nairo y ahí debía estar él”, aseguró, aún con el calentón en el cuerpo, entre una nube de periodistas.

El problema es que Nairo Quintana, el jefe de filas para esta Vuelta, no le siguió. Aunque fue el propio Valverde el que pudo dar la clave: fue un movimiento improvisado. “No se había hablado, me puse a tirar, en favor de Nairo, pero por iniciativa propia”, explicó.Su objetivo, sin embargo, estaba claro: Simon Yates y Miguel Ángel López, dos de los rivales más peligrosos que el equipo español tiene en esta Vuelta, se habían marchado y el murciano quiso que el hueco no se hiciera demasiado grande: “Cuanto menos tiempo cogieran, mejor”.

No obstante, aseguró que la subida siempre estuvo controlada, aunque se hizo muy dura: “Se subió muy, muy rápido”. Aún así, el murciano volvió a dejar unas grandes sensaciones y la mayoría de rivales coinciden cuando se le pregunta por Valverde: “No hay que descartarle para la general”.