De la Cruz: “No me va a pesar ejercer como líder del Sky”
El catalán afrontará su cuarta Vuelta a España consecutiva con la confianza de llegar a Málaga con “los deberes hechos” y “mejor” que en los años anteriores.
David de la Cruz (1989, Team Sky) afrontará su cuarta Vuelta a España consecutiva con la confianza de llegar a Málaga con “los deberes hechos” y “mejor” que en los años anteriores. La Vuelta es su objetivo personal de la temporada sin olvidar un Campeonato del Mundo que tiene “entre ceja y ceja”. De la Cruz viene de ser tercero en la Vuelta a Burgos y ganó una etapa en la Vuelta a Andalucía y otra en la París-Niza, además de acompañar a Chris Froome en su victoria en el Giro de Italia. “Para mí fue como una universidad”, recuerda.
¿Con qué sensaciones llega a la Vuelta a España?
He preparado la Vuelta mejor que en años anteriores. Después del Giro pude descansar bien y empezar a entrenar según lo previsto. El año pasado tuve una neumonía en mayo, el año anterior una apendicitis... Este año ha ido todo como estaba planeado y por lo tanto llego con los deberes hechos. Ahora solo toca disfrutar en la Vuelta del trabajo duro que se ha hecho.
¿Qué balance hace de su test en la Vuelta a Burgos?
Uno siempre quiere más. Sobre todo tenía muchas ganas en la etapa de Picón Blanco, aunque también era consciente de que llevaba tiempo sin competir y que este año he entrenado diferente con la metodología del Team Sky y por eso me faltaba ritmo y chispa. Pero a nivel general estoy satisfecho de que el trabajo que se ha hecho en casa va por buen camino y me deja ese punto de tranquilidad.
¿Siente la presión por liderar todo un Team Sky?
No lo veo como un peso, sino como una oportunidad. La presión se la pone más uno mismo. El año pasado también fui con el Quick-Step con esa responsabilidad. Es algo en lo que no me paro a pensar, sino que lo veo como un reto, como algo bonito. Tengo muchas ganas de que arranque la carrera.
Chris Froome ganó el Giro, Geraint Thomas el Tour de Francia...
Tampoco nunca se puede descartar nada. Froome es quien es. Thomas ha ganado el Tour y nunca había hecho entre los diez primeros en la general de una Grande. Tampoco voy con esos objetivos, yo voy con el objetivo de dar lo mejor de mí. Está claro que hay corredores que a priori tienen que llevar más el peso de la carrera porque han ganado grandes vueltas o han estado en el podio. Yo confío en mis posibilidades, en el trabajo que he hecho, y eso es lo que cuenta.
Si sale todo como espera, ¿hasta dónde cree que puede llegar?
Nunca he sido partidario de pensar en una posición. Está claro que estoy mucho mejor que en 2016 cuando fui séptimo –y ganó una etapa-, mejor que el año pasado cuando a pesar de la mala suerte –abandonó por una caída en la penúltima etapa- estuve con los mejores muchos días, de tú a tú, estuve a punto de ganar una etapa, de ser maillot rojo... Me quedo con eso, no me marco un objetivo porque el año pasado también iba con muchas ilusiones y te caes, tienes un par de días malos, y el ciclismo es un deporte impredecible. Así que no pienso en una posición pero está claro que si he entrenado y me he sacrificado tanto es para hacer una buena general. Tengo muchas ambiciones y veremos hasta dónde podemos llegar.
¿Cuáles cree que son las claves del recorrido?
Este año veo la Vuelta un poco diferente, en progresión en cuanto a la dureza se refiere. El año pasado era muy dura al principio. Este año pienso que la podemos dividir en dos partes. Se trata de no perder la carrera en la primera y de ganarla en la segunda. Las últimas ocho etapas van a ser las claves y van a definir el podio y las primeras plazas sin duda: La Camperona, Praeres, Lagos, la crono, el Balcón de Bizkaia, Andorra... Tenemos una concentración de dureza increíble. Sin olvidar que las primeras etapas siempre van a ser complicadas y que en La Covatilla será el primer test. Pero esa última parte es donde se va a ganar la carrera; los segundos que puedes perder o ganar en la primera parte se pueden convertir en minutos en la segunda. Pienso que han acertado mucho con el recorrido.
Rivales no le van a faltar: Nairo Quintana, Vincenzo Nibali, Richie Porte...
La Vuelta pienso que llega en un momento del calendario que favorece eso: gente que mira al Mundial, gente que no ha conseguido lo que esperaban en el Giro o en el Tour. Eso hace que el cartel sea siempre de lujo. Eso favorece al espectador, a los patrocinadores, y la Vuelta puede estar contenta porque tienen un cartel impresionante de nuevo.
Aún queda toda la Vuelta a España por delante, ¿pero piensa en el Campeonato del Mundo de Innsbruck?
Sin duda, el Mundial está en mi cabeza. Cuando descansé después del Giro la idea era preparar la Vuelta y llegar bien al Mundial. Es una carrera que me gusta y conozco la principal subida ya que la hice en el Tour de Alps. Me gustaría estar. Los dos Mundiales anteriores que he hecho tal vez no se adaptaban a mis características, Qatar y Noruega. Este año sí se adapta más al tipo de corredor de España. Espero estar porque lo tengo entre ceja y ceja.
Disputó el Giro de este año que ganó Froome, ¿cómo fue la experiencia?
Más allá del resultado que fue muy bonito, ganar cuando parecía imposible, me quedo con lo que aprendí: el hecho de vivir una grande al lado de un corredor como Froome, y cómo afrontó los malos momentos. Para mí fue como una universidad. Quizá en otros Tours que le ha ido todo de cara puedes aprender pero no tanto como en este Giro. Cuando ves que tiene todas las adversidades en su contra, el ver cómo gestionó toda esa presión, como había días con corredores superiores a él y cómo pudo dar la vuelta a la carrera, es algo que sin duda me va a ayudar de cara al futuro. No creo que haya muchos corredores en el pelotón que sean capaces de gestionar las adversidades como lo hizo él en el Giro.
¿Qué balance hace hasta ahora de su fichaje por el Team Sky?
No te falta nada. Sin duda, ha sido un acierto porque me siento muy cómodo. Al inicio de la temporada siempre esperas hacerlo un poco mejor pero aun así conseguí una victoria en Andalucía y otra en París-Niza. También te tienes que adaptar a las exigencias del equipo. Y el primer año siempre es de muchos cambios. Es un año de adaptación y a pesar de eso me he amoldado bastante bien y ahora me siento mucho más dentro de la dinámica del equipo. Y aún queda la parte más importante de la temporada, en la que espero brillar, y cara al año que viene todo va a ser mucho más rodado.