CICLISMO | CLÁSICA ORDIZIA

El australiano Power se lleva al sprint la Clásica Ordizia

El corredor de Mitchelton-Scott venció en los últimos metros a su compañero Simon Yates, quien optó por cederle el triunfo. El español López-Cozar (Euskadi) acabó tercero.

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El australiano Power se lleva al sprint la Clásica Ordizia
Mitchelton-Scott

El ciclista australiano Robert Power se llevó por sorpresa la 95ª edición de la Clásica de Ordizia en la provincia de Guipuzcoa, por delante del gran favorito, su compañero de equipo el británico Simon Yates.

El recorrido de 165 kilómetros, con un continuo sube y baja, no fue más duro porque la climatología ayudó y no hizo el calor de días pasados, aunque a medida que los corredores avanzaban en la carrera el cansancio comenzó a hacer mella en algunos favoritos que se distanciaron de su objetivo del triunfo.

Como es habitual en una de las pruebas más antiguas de Europa, las escaramuzas comenzaron casi desde la línea de salida, formándose y diluyéndose pequeños grupos de corredores a la espera de la fuga buena.

Ésta pudo haber sido la que integró a interesantes ciclistas como Andemeskel, compañero de Rubén Plaza en la formación israelí Cycling Academy, Jorge Arcas, Irisarri y Goldstein, que coronaron con ventaja la tercera de las subidas a la cota de Abalzikesta (3ª categoría), en la mitad de recorrido, por encima del minuto sobre el pelotón.

Los hombres fuertes, sobre todo Angel Madrazo, vencedor en 2015 y ahora en un equipo francés, y el líder de carrera Simon Yates, ganador en 2016, estaban bien protegidos por sus compañeros a la espera del ataque definitivo que incrementara sus opciones de victoria, bien en solitario o en grupos muy pequeños.

El grupo de escapados llegó también a otra cota, la de Alzo, a unos 50 kilómetros del final, manteniendo su ventaja, con Jorge Arcas (Movistar) liderando el colectivo de fugados y ya con esperanzas reales de poder sorprender a los favoritos en la meta de Ordizia.

Era el momento decisivo para los líderes, sobre todo para Yates, o se reducían distancias o la carrera se jugaría entre el privilegiado colectivo que había amasado una renta pequeña pero definitiva si no se colaboraba atrás.

El guión cambió cuando los escapados iniciaban el penúltimo asalto al monte de Abaltzisketa, el pelotón ya había despertado y reducido las diferencias a medio minuto, por lo que todo estaba preparado para el asalto del escalador británico, que tenía ganas de atacar.

Aceleró Yates viendo su momento, aprovechando las subidas constantes del tramo final y en Larraitz pasó junto a su compañero de equipo Robert Power destacado, con Antonio Pedrero y Fernando Barcelo a medio minuto.

El triunfo no se lo jugaron los dos corredores del equipo Mitchelton-Scott porque Yates no quiso competir con su compañero y le cedió la victoria a Power, mientras que Juan Antonio López-Cozar, del equipo Euskadi, se impuso al primero de los grupos perseguidores que llegaron a meta e hizo tercero.