Por momentos, Antonio Lobato (Oviedo, 1965) parece uno más del pelotón de la Titan Desert: pedalea, se divierte, sufre, intercambia impresiones con cualquiera… Pero diez minutos con él sobran para recordar quién es, entender por qué fue y sigue siendo el elegido para meter la Fórmula 1 en cada hogar español. Por el mismo precio, en ese tiempo de charla con él, es fácil intuir en este enciclopédico periodista del Gran Circo una persona tremendamente implicada con 'CRIS contra el cáncer', una causa tan elogiable como necesaria.

¿Cómo surge la idea de venir a la Titan Desert con 'CRIS contra el cáncer'?

La verdad es que yo estaba a mi bola, no pensaba correr aquí, pero Luis Pasamontes me dijo que una fundación con la que el colabora estaba interesada en traerme para que fuera la cara y el nombre en su afán de hacer más conocido su labor y la idea me pareció fantástica. Porque correr esto por tercera vez…

No le apetecía…

La Titan es divertida, tiene un espíritu especial, pero necesitaba algo más. Y esto era perfecto. Cuando he corrido aquí, he sufrido mucho. Son momentos en los que pensaba qué puñetas estaba haciendo, tenía crisis de fe en el ciclismo... Ahora ya tengo contestadas esas dudas porque sé lo que estoy haciendo aquí.

¿Ha notado mucha diferencia corriendo en equipo?

Soy un lobo solitario, me gusta mucho ir solo, andar por el desierto sin meterme en grupos. Me gusta porque es bueno para la cabeza, para darle vueltas a las cosas y fortalecer la mente. Pero reconozco que en un equipo vas mucho más arropado. También con seis personas hay seis probabilidades más de un pinchazo, de que a alguien se le olvide algo, de que alguien desfallezca, pero al mismo tiempo sabes que si te pasa algo tienes a alguien que va a estar junto a ti. Y, aunque no les conocía, sólo a Luis [Pasamontes], somos un grupo que hemos enganchado muy bien y lo estamos pasando muy bien.

¿Peligró su participación con la llamada de Movistar?

Me llamaron y me ofrecieron narrar las carreras. Ya me había comprometido con esta causa y, cuando me preguntaron qué quería, empecé a poner condiciones: "No quiero viajar, no quiero responsabilidad y, ah, por cierto, no hago una carrera". "¿Cómo?", me respondieron extrañados. Les conté la historia y les dije que si era un inconveniente no firmaba, que buscaran a otro.

¿Y cómo llevó no poder seguir el fin de semana el GP de Azerbaiyán?

Cuando llegué a meta, fui a la sala de prensa a ver lo que había pasado y la verdad es que me perdí una muy buena, pero, como las anteriores también lo habían sido, me dio esperanza para que las que vengan sean también animadas. En cuanto llegue a casa, voy a verlo en vídeo.

Por lo que leyó, ¿coincide con Alonso en que fue su mejor carrera?

Es increíble que en la primera vuelta estuviera último con el McLaren, que no es lo mismo que con el Mercedes, y acabara séptimo. Es una barbaridad. Es cierto que abandonaron los dos Red Bull, Bottas… pero es que esto son las carreras.

Cuando se fue, ¿echó de menos estar en las carreras?

A veces sí. De todos modos, ahora es mucho más cómodo porque hacemos la mayoría desde Madrid y porque no tengo responsabilidad, que es algo que pedí. Yo lo que quería era narrar.

¿Por eso lo dejó?

Era demasiado. Aguanté 12 años haciendo demasiadas cosas: demasiada responsabilidad, el estar tanto tiempo fuera de casa, demasiada tensión, demasiada presión, el luchar por presupuestos…

¿Cómo cambió aquello su relación con Alonso?

Puse un poco de tierra de por medio con todo. Me tiré dos años fuera, así que cada vez los mensajes eran menores. A Fernando me lo encontré algunas ocasiones, casi siempre en temas profesionales, nos vimos y tal, pero poco a poco la relación se fue enfriando.

¿Está feliz?

Ahora mismo está on fire. Y eso que no está ganando, que es lo que le gustaría. Pero está peleando: los tres años anteriores no pudo, que es lo peor que le podía ocurrir; empezaba las carreras sin esperanzas, y eso es horrible.

¿Le ve ganando el Mundial?

Todo depende de que alguien le dé un coche; McLaren o alguien. Un coche no que esté al nivel del mejor, pero sí a cuatro o cinco décimas. ¿Si va a llegar? No lo sé.

¿Le gusta esta Fórmula 1 híbrida?

El mundo hibrido no lo van a dejar nunca porque es un tema político y comercial, pero tienen que hacer carreras más divertidas, que las decidan los pilotos, no los ingenieros. Al final, esta es una Fórmula 1 de ingenieros.