Valgren ganó la Amstel mientras Valverde y Sagan se marcaban
El danés lanzó un ataque a 2 km para la meta junto a Kreuziger y acabaron primero y segundo. Valverde y Sagan se quedaron esperando el ataque del otro.
Michael Valgren fue el más listo en los kilómetros finales y se llevó una Amstel Gold Race que parecía abocada al duelo Valverde-Sagan. Pero el corredor del Astana supo leer perfectamente la situación y aprovechar que su equipo era el único que tenía dos corredores en el reducido grupo que se iba a jugar la victoria. En él marchaban los citados Valverde y Sagan, que se mostraron los grandes dominadores y controlaron la carrera... hasta los 2 km finales. Cuando Valgren atacó junto a Kreuziger, español y eslovaco se quedaron mirando esperando la arrancada del otro. Tampoco reaccionaron Wellens o Alaphilippe, los otros nombres importantes que iban en ese grupo. Sólo Gasparotto intentó cazarles. No lo consiguió pero le valió para ser tercero tras el danés y el checo.
Fue el final de una carrera preciosa, donde una fuga de nueve corredores siempre fue en cabeza (llegó a tener 16 minutos de ventaja), y donde los ataques entre los favoritos llegaron en los últimos 50 km. Lotto-Soudal y Bahrain aceleraron en varios muros, mientras que el primer movimiento español llegó de mano de Mikel Landa (Movistar) en el enlace entre Kruisberg y Eyserbosweg, a unos 32 km de la llegada. No le sirvió para irse e Ion Izagirre (Bahrain) recogió el guante. El del Bahrain tampoco abrió el hueco suficiente.
Esos ataques hicieron que a partir de ahí la carrera en ese grupo fuese totalmente lanzada. En el Keutenberg, Sagan y Valverde empezaron a lanzar hachazos. También lo probó Van Avermaet. Disparos de fogueo entre ellos, pero por detrás se veía a muchos nombres ilustres sufriendo, el tetracampeón Gilbert entre ellos. Eso daba una idea del ritmo era endemoniado al que se iba rodando.
Valverde lo volvió a probar a 13 km y ese ataque configuró el grupo que se iba a jugar la victoria. De los favoritos, Sagan Wellens, Fuglsang, Alaphilippe y Valgren aguantaron. Todos acabaron uniéndose a los supervivientes de la fuga, donde también marchaban Gasparotto y Kreuziger, que habían enlazado antes. En ese grupo, sólo había un equipo con dos bazas, el Astana (Valgren y Fuglsang), una circunstancia que acabó siendo decisiva.
Los dos corredores del equipo kazajo empezaron a lanzar ataques. Primero Fuglsang, luego Valgren... mientras Valverde, Wellens o Sagan se veían obligados a reaccionar. Pero a cada kilómetro que pasaba, los esfuerzos se medían más y a 2 km de meta, Valgren atacó en ese momento tan típico en el ciclismo de élite en el que todos los favoritos se quedan mirando entre ellos. Sólo Kreuziger tuvo la habilidad de ver que esa aceleración valía la victoria y se fue con el danés, al que no pudo batir en meta. También se percató Gasparotto, aunque tarde, y acabó tercero. Sagan y Valverde entraron juntos, cuarto y quinto, conscientes de que su duelo previsto para luchar por el título, les había costado la carrera.