CICLISMO | VUELTA AL PAÍS VASCO
Roglic aguanta el ataque de Landa y se lleva la txapela
Tuvo una fuerte caída en los primeros metros y se dañó el glúteo derecho, pero pudo mantener el maillot amarillo ante un Movistar que calculó mal. Mas se impuso en Arrate.
Roglic ha aguantado el acecho de Movistar y Mikel Landa y ha mantenido el maillot amarillo en la etapa final de la Vuelta al País Vasco, en esa subida mítica a Arrate que tiene más purpurina que miga, pues no suele provocar grandes grietas en la clasificación general. Casi con el banderazo de salida estuvo el esloveno involucrado en una caída, con Urán muy cerca, y desordenó esa pose de absoluto control mental que ha desplegado estos seis días por la geografía vasca. El equipo ayudó tras un largo esfuerzo a devolverle al grupo de notables. Al acabar la etapa se llevó la mano al glúteo derecho, casi cojeando, síntoma de que le dejó importantes secuelas físicas. Le puso tenso y se cebó demasiado en Izua en ataques que no le comprometían nada como uno de Nairo Quintana. En la subida final serenó un poco los nervios y fue administrando el gran botín (1:51’) que tenía con Landa.
La lluvia complicó la etapa. Craddock se empotró en Ermua contra un coche, que quedó dañado en el capó y la luna delantera; se retiró pero no tiene lesiones graves. El Movistar jugó mal sus bazas, tal vez creyó más en la etapa que el amarillo, aunque ni ese premio menor se llevó. Trabajó a saco, luego dejó hacer y finalmente tardó en zurrar al maillot amarillo. Como en la quinta jornada con Fraile, de la escapada inicial, en esta ocasión de 14 ciclistas, salió el ganador. Un chaval (23 años) apunta muy alto, Enric Mas, de Artá, un pueblito de Mallorca, que otorgó al belga Quick-Step la victoria 25 en esta temporada gloriosa con diez corredores distintos: tres triunfos se lleva de la Itzulia (los dos iniciales de Alaphilippe y el colofón) más emocionante de los últimos tiempos.
Midió mal el Movistar teniendo las mejores cartas de la baraja. Metió a Rojas y Betancur en la escapada de 14 ciclistas y tiró con los otros cinco detrás controlando el grupo fuerte. Debería haber apretado filas, tirando a bloque para ir descolgando gente. En la subida a Usartza lanzó por delante a Nairo y a falta de 3,9 km se tiró a tumba abierta Landa, con Ion Izagirre en primera instancia yendo a por él, aunque luego perdió esa grapa. Se entró en un terreno de hormigón. Mikel contactó con el colombiano pero durante los 700 metros de sociedad conjunta no había trabajo solidario, ni relevos ni una moto de Quintana para llevar el butaca a su compañero. Este acabó soltando al escalador, que se quedó cerca para hacer puesto.
Claro que la táctica saltó por los aires porque se basaba en agarrar a un Mas que se aferró a la etapa con uñas y dientes. Roglic sufría atrás, sin equipo que lo arropase, aprovechando el trabajo del Bora. La desventaja nunca pasó del minuto y no había terreno para que lo desplumaran. Landa entró a 12 segundos de Mas, Ion a 27 y el líder a 54. El podio lo completaron dos ciclistas vascos: Landa (al que no se le veía muy feliz en el podio) a 1:09 e Ion Izagirre (tercer bronce para él, parece que le ha cogido gusto), a 1:42. El campeón se subió al podio haciendo el gesto con el que aterrizan los saltadores de esquí, esa pasión que aparcó por las bicis; el 'pájaro' esloveno ya tiene un lugar entre los grandes. "Cuando era saltador de esquí quería ser el mejor y ahora como ciclista también quiero serlo", se sinceró. Es el primer ciclista no español que conquista la ronda vasca desde 2013, cuando se caló la txapela Nairo.