CICLISMO

El Euskadi Murias entrena el final de la Vuelta al País Vasco

En la subida a Arrate por Matxaria aprovechó para confirmar el siete, presentar la mascota y la campaña de captación de colaboradores.

El Euskadi Murias está haciendo las cosas bien, paso a paso. Lleva cuatro campañas con el proyecto y este año ha dado un salto cualitativo al Continental Profesional. Hay tres momentos clave en la temporada que coincidirán con la estrategia de marketing ideada por Javier Lasagabaster: Itzulia, Klasika de San Sebastián y Vuelta a España (la invitación está aún por confirmar).

Por lo pronto, toda la plantilla -acompañados con gran parte del equipo femenino Bizkaia-Durango con el que están conveniados- entrenaron la recta final de la Vuelta Ciclista al País Vasco, más en concreto la subida a Arrate por Matxaria, una pista asfaltada que une caseríos por las laderas del monte.

Este periódico se subió al coche de Jon Odriozola con él y con Francis Lafargue, responsable de Relaciones Internacionales del grupo deportivo. Las anécdotas se suceden entre órdenes de equipo. "Me acuerdo de que, siendo profesional, bajé después de una meta por este camino y vi como Eladio Jiménez se caía de forma muy violenta. Fui el primero en asistirle. Pasé mucho miedo", comenta Odriozola.

"Me gustaría hablar con la gente de documentación de La Vuelta. Hay muchos datos históricos que tienen y que no son exactos. Bueno, en el Tour también pasa algo parecido: dicen que en 1961 la etapa transcurría por Bayona y no es cierto. La guerra de Argelia les obligó a trasladarla a Pamplona", añade un histórico que es un libro abierto.

En el primer kilómetro Odriozola pide al primer coche que vayan todos más despacio ya que las chicas del Bizkaia-Durango se están descolgando. Las rampas de ese tramo son inhumanas, al igual que las últimas que desembocan en los últimos metros de la subida clásica a Arrate. Cada vez huele más a embrague quemado en el ambiente, como sucede en el Angliru.

La pista de asfalto se transforma en otra de cemento después del último caserío. "Si llueve aquí, esto se convierte en un infierno pero, en el fondo, a nosotros nos puede favorecer ya que las fuerzas se igualan. En condiciones normales, los gallos te machacan pero con dificultades todos somos algo más similares".

Las opciones de los verdes en este terreno son Bizkarra y Bravo pero en el entrenamiento un sprinter como Jon Aberasturi aguanta a su rueda a su buen ritmo. "Yo lo que quiero es conseguir una victoria pronto pero en otro tipo de terreno", asegura el alavés, que hoy cumple años y tiene que subirse luego a una silla para dar un discurso.

Ahora su calendario será, básicamente, en Francia. Carreras que, en su mayoría, ha gestionado Lafargue, hombre de confianza de José Miguel Echevarri en tiempos de Miguel Indurain. Se puede decir que fue el primer jefe de prensa de la historia en el ciclismo. Si Murias corre algún año el Tour, él será el principal responsable. Pero lo fía largo.

Ya arriba, debajo de la torre del Santuario de Arrate, Odriozola ofrece la convocatoria para la Itzulia: "Bravo, Bizkarra, Barceló, Óscar Rodríguez, Prades, Sanz y Bagüés, seguros. Reservas Txoperena y Aitor González.

Luego se presenta a la nueva mascota -Bidoitxo, un bidón ciclista- y la campaña de colaboradores de Euskadi Murias y de Bizkaia-Durango. Aportaciones de 25 euros para los menores de 18 años y 50 para los adultos. Lo mismo con el equipo femenino. Luego, almuerzo y conversación amena y distendida con los anfitriones. El sábado corren en Estella y el lunes será el punto de partida en Zarautz para la Vuelta al País Vasco. Para el año que viene quieren componer un himno. Hablan de proyectos para el futuro pero también se preocupan por el presente.

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