Peter Sagan, reciente campeón en los Mundiales de Bergen, se ve con ganas de afrontar en el año 2018 el reto de sumar su cuarto mundial consecutivo, y convertirse de esta forma en el primer ciclista que alcanza los cuatro títulos mundiales (ahora está igualado con Binda, Van Steenbergen, Merckx y Freire con tres).

En una entrevista a La Gazzetta dello Sport, el campeón del mundo dejó abierta esta posibilidad pese a que el duro recorrido de Innsbruck es más favorable a escaladores. "Nada es imposible. El domingo el desnivel era de 3.600 metros, no hay mucha diferencia (en Innsbruck serán 4.670). Con una preparación adecuada creo que podría pelear, ya veremos. Si encuentro la condición como en la Tirreno-Adriático de 2012 cuando llegué junto a Nibali... (ganó la etapa con final en Chieti ante Kreuziger, Nibali, Di Luca o Horner)".

Sagan también confesó al medio italiano cómo ha sido para él este Mundial en comparación con los títulos mundiales logrados en Richmond 2015 y Qatar 2016. "Son diferentes recorridos, diferentes rivales y distintos ambientes pero siempre la misma maglia. Esta ha sido la más difícil de conquistar". El eslovaco también comentó por qué dedicó la victoria a Scarponi: "Éramos amigos, incluso teníamos un carácter similar. Nunca vi a Michele triste o abatido, siempre le he visto feliz, positivo, sonriente. Scarpa era energía positiva y siempre me sentía bien con él".

Otro de los retos que le faltan a Sagan en su carrera es ganar una Clásica en pruebas como Lieja-Bastoña-Lieja o el Giro de Lombardía, aunque el eslovaco se ve con pocas opciones de triunfar en estas pruebas. "Peso casi 80 kilos, no tengo opciones frente a aquellos que pesan 73-74. Mi peso varía entre 78 y 79 kilos. ¿Cómo podría ganar esas carreras?".

Sagan sí deja abierta la posibilidad de regresar al mundo MTB, donde se inició sobre la bicicleta y donde regresó de forma provisional en 2016 para competir en los Juegos Olímpicos de Río. "Tal vez un futuro, en 3-4-5 años cambie de equipo e intente ganar el mundial de MTB".