Tras un Tour de Francia en el que la participación española registró un mínimo histórico (13), con la edad media más alta (32,5) y donde no se lograron triunfos, la Vuelta, con la mayor representación en una grande (31) desde la propia ronda española de 2013 y bajando su edad por debajo de los 30 se presentaba con optimismo. Pero lo cierto es que el pelotón nacional se encuentra a dos jornadas (hoy en el Angliru y Madrid) de quedarse sin victorias en la gran carrera de casa, algo que aún no había ocurrido en lo que llevamos de siglo XXI y sólo una vez en la historia: en la de 1996.

Precisamente, en aquella edición en la que no se lograron triunfos (y el mejor español en la general fue Fernando Escartín, en la décima posición) se retiraba, camino de Lagos de Covadonga, Miguel Indurain, en lo que supuso el fin de una era. En esta Vuelta, según el seleccionador nacional, Javier Mínguez, está ocurriendo algo parecido: “Se trata de un momento complicado, en el que se está acabando una generación de oro del ciclismo español, con figuras como Valverde, Purito o Contador... ya retirados, a punto de hacerlo o al final de su carrera”.

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Ayer, Iván García Cortina se quedó muy cerca de romper la racha con un triunfo simbólico, ya que a sus 21 años representa el futuro español. “A los jóvenes hay que verles cómo evolucionan. Por ahora los que han venido detrás de los Contador, Valverde... son buenos ciclistas, pero no han podido llegar a ese nivel”, opina Mínguez. De momento, hay dos días para que un ciclista de la vieja generación, o de la nueva, logre que esta Vuelta no pase a la historia por el ‘rosco’ español.