Froome: “Tengo suerte de contar con Nieve y Poels”

Froome, uno de los ciclistas más amables y correctos del pelotón, no estaba para bromas en la meta de Antequera. Entró con gesto serio y sólo se le vio una sonrisa forzada cuando recibía el maillot rojo en el podio. No era para menos, porque el descenso del Puerto del Torcal se convirtió en un verdadero suplicio. “Me caí dos veces en dos curvas prácticamente seguidas. En la primera, además, la rueda de delante quedó dañada, por lo que tuve que cambiar de bicicleta. A continuación me volví a ir al suelo, y también noté que había algún problema, pero ya decidí no volver a cambiar de bici y seguí con ella hasta la meta”.

Froome explicó personalmente los problemas que sufrió en una sala de prensa con gran expectación y donde sólo concedió tres preguntas. Y es que para el líder todo iba “tranquilo hasta que Contador atacó”. Que el madrileño abriera hueco hizo que el ritmo acelerase y, cuando él sufrió los percances, fue muy difícil volver a contactar. Pero hasta entonces, “todo estaba controlado”, explicó su escudero, Mikel Nieve, que de nuevo volvió a ser clave en la defensa del liderato, esta vez junto al holandés Wouter Poels.

“Tuve mucha suerte de poder contar con Poels y Nieve, gracias a ellos al final el día y las pérdidas no fueron tan malas, podrían haber sido peores, pero estuve muy arropado en todo momento, así que tengo que darles las gracias”, quiso destacar el líder de la Vuelta, que no pierde ocasión para resaltar el trabajo de sus compañeros. Todo tras lo que fue su peor día de lo que llevamos de carrera “y aún queda mucha batalla hasta Madrid”. Aunque el británico también quiso ver el lado positivo: “Al final tengo que estar agradecido por no lesionarme y poder seguir liderando la carrera”.