La etapa del día: otro final explosivo en la Cumbre del Sol
Chris Froome, sólido líder de la Vuelta, sucumbió ante Tom Dumoulin cuando la carrera completó en 2015 esta misma subida: 4 km al 9,1%.
Cumbre del Sol, otro final explosivo del gusto de la Vuelta (4 km al 9,1%, con rampas al 21%), presenta hoy un examen, más que para un Froome muy cómodo en estas ascensiones, para unos rivales que, salvo Contador, parecen incapaces de seguir su rueda en este tipo de subidas. “Aunque sean cortas, se pueden hacer diferencias”, comenta el británico, al que nunca se le han dado mal. De hecho, la única vez que se llegó a la cima de hoy (en la Vuelta de 2015), sólo un Dumoulin ahora ausente pudo con él. A Aru le sacó 14 segundos y a Chaves, 57, por nombrar a rivales actuales.
“Ataqué porque me sentí bien, no porque lo necesitase”, explica el jefe del Sky, que volvió a agradecer a su equipo el trabajo previo a la última ascensión (“sin ellos no sería líder”), y que por ahora se encuentra muy fino debido al trabajo de toda la temporada. “Este año llevé una preparación especial para esta Vuelta, no empecé al cien por cien el Tour y estoy más fresco”, dice mientras asegura que no teme ni a la tercera semana, ni a otro tipo de subidas más del gusto de sus contrincantes: “En los puertos largos se verá quién ataca de lejos y quién ha venido a pegarse a rueda”.
Tan controlada parece tener la carrera hasta ahora, que el único capaz de hacerle sombra, Alberto Contador, se encuentra lejos tras la crisis de Andorra (2:33) y por las circunstancias es más un aliado que un rival (aunque ayer, cuando se marcharon solos, “no hubo colaboración”). No por ello le quita ojo de encima: “Ya ha demostrado que no está aquí para hacerse selfies. Se le nota muy fuerte”.