Alberto Contador: "No me veo viejo, todavía tengo chispa"

—Cuando Alberto Contador se levanta cada mañana, ¿dónde encuentra la motivación para afrontar los sacrificios que requiere el ciclismo?

—En diferentes cosas. Una de ellas es el desafío de conseguir una victoria. Al final, todos se preparan para intentar ganar, pero sólo puede ganar uno. Otra motivación es que, evidentemente, la bicicleta es mi pasión y disfruto con ella. Y una más es toda la gente que se alegra, se emociona y disfruta con mis triunfos. Ellos son una gran motivación.

—¿El Tour de Francia crea adicción?

—No. El Tour lo que tiene es que es la carrera más importante del mundo, la que se conoce en todas las partes del planeta. Bien es verdad que es la primera grande que gané, entonces no puedo saber la diferencia que hay de haber ganado antes el Giro o la Vuelta. Pero el Tour, una vez me lo dijeron y es verdad: es una carrera que te cambia la vida. Antes, yo había ganado carreras relativamente importantes, como la París-Niza, y en mi pueblo me llegaron a preguntar que en qué trabajaba además de en la bici. Y claro, yo recuerdo cuando me puse líder del Tour en 2007, vi el Telediario y comprobé que estaba mi pueblo revolucionado. Ahí me di cuenta de su grandeza.

—Le preguntaron a Nairo Quintana si veía viejo a Contador y dijo que no, que a usted no se le podía dar ni un segundo de margen, porque la liaba.

—No me considero viejo para nada, ni a nivel físico, ni a nivel mental. No me cuesta entrenar, no me cuesta irme 21 días a una montaña, a una habitación, comer poco… Es verdad que van pasando años de profesional, ya son catorce, y siempre me gusta tener todo encaminado. Pero estoy disfrutando de lo que hago en cada momento, y aún tengo un poco de chispa.

—Sus rivales siempre destacan su inconformismo. ¿Usted qué destacaría de ellos? Empezamos por Chris Froome.

—Por encima del resto, su potencial en las cronos llanas, donde las matemáticas de los vatios que tú sacas son las que son. Luego, en las montañas se iguala más la cosa.

—¿Nairo?

—Lo bien que asimila los esfuerzos y lo fuerte que termina las grandes vueltas.

—¿Fabio Aru? ¿Se ve un poco en él?

—Pues mire, sí me siento más identificado con Fabio. Es un ciclista que tiene las cosas muy claras, que disfruta con lo que hace, que está concentrado en todo momento… Va a ser un corredor que va a marcar una época en las grandes, junto a Nairo. Pero sobre todo destacaría su inconformismo. Además es un ciclista que si le dejas, tienes que aprovechar, porque rápidamente se recupera. Es duro y sabe lo que quiere.

—Le voy a incluir a Vincenzo Nibali, aunque este año no tiene el Tour como primer objetivo.

—De Nibali destacaría su enorme regularidad.

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—¿Dónde ubica usted los Juegos Olímpicos para un ciclista profesional?

—La motivación con los Juegos no es ni más ni menos que dar una medalla a tu país. Pensar que España está detrás de ti en el televisor y poderle dar una alegría. A nivel deportivo, a un ciclista consolidado no le aporta significativamente más. Es la satisfacción personal y de país.

—Los ciclistas están expuestos a la intemperie. ¿Cómo ve el problema del virus zika en Río?

—No le he dado mayor importancia ahora, porque queda mucho y habrá que ver cómo evoluciona. Pero bueno, vi el otro día a Rafa Nadal que estaba en manga y pantalón cortos en Río… No es una cosa en la que piense ahora.

—¿Hay alguna posibilidad de hacer la Vuelta?

—Sí, no está descartada. Es el último año de Tinkoff. Hay que ver primero el Tour, que es en lo que estoy concentrado, pero no está eliminada de mi calendario.

—¿Ser líder y patrón de su propio equipo en 2017 se une a su lista de motivaciones?

—Bueno, no sería patrón y líder… Sacaría mi propio proyecto pero no sería ni mánager ni nada de eso. Me dedicaría a dar pedales. Pero sí, es una motivación. Al final tienes a mucha gente que has conocido en el ciclismo, que ha estado trabajando contigo, y ves que puedes hacer algo interesante. Y sí me motivaría poder continuar con un equipo propio. No es sencillo, porque necesitas un presupuesto que no es fácil de conseguir, pero sí es una ilusión. Si sucede, bien. Si no, tampoco va a cambiar nada. Lo estamos intentando, pero sin perder la concentración.

—Ahora que estamos al inicio de la campaña le pregunto a usted, que lleva catorce años en el ciclismo, ¿cómo, dónde y por qué empezó esta tendencia de empezar tan pronto y así de fuerte las temporadas?

—Yo creo que no está haciendo la pregunta a quien debe hacérsela, porque yo desde la primera carrera que hago, desde la primera a la última, siempre las he disputado a tope. No hago muchos días de competición, pero sí al máximo.

—Igual fue usted quien cambió la tendencia…

—No sé… O quizá todos los españoles… La verdad es que ahora hay muchísimos corredores que empiezan fuerte. Creo que el ciclismo está más profesionalizado a todos los niveles. En la preparación, por supuesto, pero también en el retorno que se le da a los patrocinadores. Se empieza en los Emiratos Árabes, en Australia, en Argentina… Al final también son mercados interesantes. Ahora el pelotón arranca a principios de enero y desde el primer momento son carreras disputadas.

—Su victoria en el Alto de Malhao ha vuelto a confirmar esa teoría. Usted siempre arranca fuerte la temporada.

—Sí. Sabía que venía bien para mis características, pero llevaba mucho sin competir, desde el Tour, casi siete meses. Esta vez las sensaciones han sido buenas y todo ha ido mejor de lo que esperaba. Debutar y ganar me da mucha confianza.