Chaves conquista su segunda etapa y recupera el maillot rojo
El colombiano atacó a 2,5 km de la meta de Cazorla, en la parte más dura, venció en solitario y se volvió a vestir la prenda que le arrebató Dumoulin el día anterior.
Esteban Chaves se desquitó de su despiste del día anterior y recuperó el maillot rojo con un valiente ataque, a 2,5 kilómetros de la meta de la Sierra de Cazorla, en la parte más dura de la subida final. El colombiano logró en solitario su segunda victoria en la Vuelta y aventajó en cinco segundos a Dan Martin y Tom Dumoulin, que saltó en primera persona para defender el liderato. El escarabajo del Orica-GreenEdge aventaja ahora en 10" al holandés del Giant y en 33" al irlandés del Cannondale, en víspera de otra llegada en alto, esta vez más exigente, en Capileira (la Alpujarra, Granada).
Para encontrar un precedente de la llegada a la Sierra de Cazorla había que viajar en el tiempo a la Vuelta a Andalucía de 2007. El resultado de entonces no auguraba mucha pelea entre los favoritos para hoy. Óscar Freire batió entonces a Fran Ventoso y Tadej Valjavec, con José Joaquín Rojas en la cuarta posición. Ventoso y Rojas están en el pelotón de esta Vuelta a España con el Movistar. Ciclistas rápidos y todoterreno. La práctica demostró, sin embargo, que también era un buen escenario para un escalador… O para un valiente.
La organización de la Vuelta marcó el inicio oficial de la subida a 3 kilómetros de la meta, justo en la zona más dura, con porcentajes por encima del 10%. Pero el puerto de toda la vida es más largo, de 22 kilómetros, y muy suave (al 3,5%). Chaves conocía el precedente de Freire, pero su compañero Matthew Hayman, un perro viejo de 37 años, le animó a probar: “Si te ves fuerte, arranca”. El colombiano miró a su lado y vio sufrir al costarricense Andrey Amador. “Cuando ves que el cuarto del Giro lo está pasando mal, sabes que puede ser el momento”, explicó después en la meta. Y así lo hizo: Chaves arrancó y ya nadie pudo seguirle.
El maillot rojo puso a un compañero al frente de la persecución, pero enseguida se dio cuenta de que tenía que tomar soluciones individuales. Dumoulin arrancó en solitario en busca del menudo escarabajo, a quien ya no volvería a encontrarse hasta después de la línea de meta. Con quien sí se topó fue con Dan Martin, que le alcanzó, le sprintó y le arrebató los seis segundos de bonificación como segundo clasificado. A 11 segundos del ganador entró el grupo de favoritos, encabezado por Rubén Plaza.
La etapa había arrancado en Córdoba con el abandono de David de la Cruz, que no soportó más el dolor. Ya lo había advertido el día antes en el micrófono de TVE de Juan Carlos García: “Voy muy mal, con mucho dolor. No sé si podré acabar”. Su sufrimiento procede de la clavícula derecha, que se rompió en la segunda etapa de la Vuelta a Polonia, el 3 de agosto. Dos semanas después de su operación, el escalador sabadellense ya estaba tomando la salida de la Vuelta a España en Puerto Banús. Los ciclistas son de otra pasta, dice el tópico. Juzguen.
A la retirada de David de la Cruz se unió la del joven Matej Mohoric, de 20 años, que se bajó enfermo en los primeros kilómetros, en pleno polvorín en busca de la escapada del día. La aventura de la jornada se formó inicialmente con cinco corredores, entre ellos el líder simbólico de la etapa inaugural, Peter Velits. Junto a él rodaron Terpstra, Durasek, Gautier y Cummings. Más adelante se les unió el colombiano Rubiano. Cummings fue el último superviviente de la fuga, que culminó retorciéndose en las rampas finales.
El Giant del líder Dumoulin marcaba el ritmo de caza. El Movistar y el Katusha también echaron una mano en el último tramo. Alejandro Valverde y Purito Rodríguez se veían con posibilidades y no iban muy descaminados, porque se clasificaron quinto y sexto. El ‘Chavito’, por segunda vez, volvió a acaparar la gloria. Como ya hizo en el Caminito del Rey, en la segunda etapa. Colombia vibra.