Ivan Rovny, del Tinkoff, y Gianluca Brambilla, del Omega, protagonizaron las imágenes más lamentables de esta Vuelta. Antes de empezar la subida a San Lorenzo, los dos, en la escapada del día, se liaron a puñetazos sin ningún rubor ante las cámaras de televisión y los fotógrafos. La trifulca comenzó con un rifirrafe habitual: Brambilla recriminó a Rovny que no tirara en el grupo. Sin embargo, le cogió del sillín y le empujó de forma agresiva. Por tanto, el ruso no se cortó, lanzó un manotazo, le agarró después… y la respuesta desató una pelea a derechazos e izquierdazos, sin bajarse de la bicicleta.

Los comisarios no les expulsaron en el momento de la movida, porque sólo uno de sus coches vio cómo se habían enzarzado. Pidieron explicaciones a los técnicos y a los ciclistas, y tomaron entonces la decisión de multarles con un minuto y 200 francos suizos ante la ausencia de más pruebas. No obstante, Javier Guillén, director de la ronda, mostró las imágenes con el móvil a los jueces, y determinaron echarles con efecto inmediato. El comunicado oficial argumentó lo siguiente: “Sanción de 200 francos suizos y expulsión de carrera por agresión entre corredores, que atenta a la imagen del ciclismo en general y de la Vuelta a España en particular”.

Lo peor del asunto es que cuando avisaron a Brambilla y a Rovny no quisieron poner pie a tierra e, increíblemente, dedicaron aspavientos de contrariedad. Brambilla iba fugado con De Marchi y Poels a 15 kilómetros de la meta, perdió una oportunidad única y no le quedó más remedio que asumir el castigo: se disculpó con el gesto de un corazón. A Rovny, que tiraba de Contador, le detuvieron poco después.

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La batalla llegó hasta Twitter

Oleg Tinkov, dueño del Tinkoff, envió un tuit a Pat Lefevere, patrón del Omega: “Tu chico debería practicar kick-boxig, no ciclismo. O intentar pelear con Bouhanni, no con Rovny, también llamado Bambino”. La contestación de Lefevere se produjo al instante: “Mira la tele, Oleg. ¿Quién pega primero?”. El multimillonario ruso cerró la conversación con guasa: “No he visto quién ha empezado, pero nuestro siguiente puñetazo está próximo. ¡Vamos, Alberto!”. En medio de un clima tan crispado, el Club de Boxeo de Valladolid le puso un toque de humor genial: “Damos las gracias a Brambilla y Rovny por la promoción de nuestro, aunque ese no era el lugar adecuado”.