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Décima Etapa

Contador, en modo campeón

Tony Martin ganó la crono. Contador metió 22" a Valverde, 53" a Froome y 3:28 al colombiano, que se cayó. Valverde se queda a 37" del nuevo maillot rojo.

EXIGENTE. Alberto Contador afronta las rampas más duras del Alto del Moncayo, en el primer tercio de la contrarreloj.
JESUS RUBIODiario As

Se cayó Nairo, Contador se puso líder y Froome dio inequívocas señales de debilidad. Sin embargo, la Vuelta no ha terminado; lo aclaro porque hay quien lo piensa (o lo teme), como si las próximas diez etapas (seis finales en alto) pesaran menos que la contrarreloj de Borja. Prueba de que la carrera sigue viva e incierta es que los tres primeros ciclistas de la general caben en un minuto. Ni siquiera resulta prudente descartar a Quintana (3:28), si tampoco lo hacen las magulladuras.

Atiendo con estas explicaciones al sector crítico de Contador. Sabido es que los aficionados más entendidos no se rigen por nacionalidades, sino por afinidades que en definitiva son casi tan caprichosas como las nacionalidades. También es cierto que Contador perdió adeptos con el dichoso solomillo. Desde entonces hay quien le pone en duda permanente. Sólo así se puede explicar que su incuestionable hazaña deportiva (ser líder de la Vuelta 47 días después de una caída tremenda) sea para sus críticos la confirmación de una táctica basada en el fingimiento: según ellos, ni se fracturó la meseta tibial (parte médico de la Clínica Cemtro) ni llegó fuera de forma a Jerez. Disimulaba, gran actor, próximo Goya.

Nada mejor que transcribir un argumento para advertir lo absurdo de su planteamiento. La realidad no es tan complicada. Contador renunció a la Vuelta el 23 de julio (nueve días después de la caída) porque no se sintió capaz de ganarla. Cambió de parecer; ignoro si por la presión del equipo o de Tinkov en persona, o ya fuera por una decisión íntima y personal. Cuando lo hizo aceptó un riesgo que pocos campeones afrontan: competir en inferioridad de condiciones.

Alcanzado el liderato, Contador no puede pedir perdón por la recuperación de su rodilla ni por tener talento. Tampoco perdamos de vista que la mejora de su rendimiento coincide con el bajón de Froome y con la caída de Nairo (se calcula que tardó en reemprender la marcha 1:40). Sin esos accidentes todavía asistiríamos a un empate técnico.

La crono de Borja no descartó a nadie: sólo alejó a Nairo. El destino le hizo sufrir un castigo similar al que recayó en Giro y Tour sobre Purito, Froome y Contador, todos eliminados por diferentes caídas. La diferencia es que Quintana puede seguir en carrera con una desventaja asumible, a tenor de las montañas que faltan. No hay infortunio que no admita una comparación esperanzadora.

Más allá de Tony Martin (ganador de la etapa), la crono señaló otros vencedores. El primero ya está dicho, Contador. Después, Valverde y Urán. El murciano sólo perdió 21 segundos con Alberto y el colombiano le ganó 24. Purito, a 1:10, también salió bien librado, al igual que Anacona, a 1:06. Sin olvidar a Samuel, a nueve segundos, la amenaza silenciosa.

La Vuelta está para chuparse los dedos y recomiendo disfrutarla sin complejos. Aún nos esperan volteretas, repentinos cambios de panorama. Hoy mismo, camino Aralar, podríamos asistir al primero.