Pedro Delgado: "Ganar el Tour del 1988 fue una liberación"

¿Cómo recuerda su triunfo en aquel Tour de 1988, del que se cumplen 25 años?

En lo que llevo de año ya lo he celebrado varias veces. Como pasa siempre con estas cosas, fue algo especial porque era la primera vez que lo lograba, y luego ya no tuve una segunda ocasión. La verdad es que conseguirlo fue como una liberación.

¿Una liberación?

Llevaba unos años en los que no terminaba de cuajar esa actuación que yo creía que podía hacer en el Tour, pero al final lo logré. Fue algo grande.

¿Fue casi una obsesión?

Casi, casi. En 1983 tomé conciencia de que podía ganarlo; en el 84 me rompí la clavícula; en el 85 estuve prácticamente todo el Tour enfermo; en el 86 parecía que iba a conseguirlo, pero el fallecimiento de mi madre de una forma repentina me dejó totalmente hundido y abandoné; en el 87 volví a creer que podía lograrlo, pero siempre hay imprevistos y quedé segundo por detrás de Roche. Imprevistos como los que tristemente me pasaron en 1988, cuando me acusaron de dopaje, pero afortunadamente todo se pudo aclarar y acabé ganando.

¿Fue el peor momento de su carrera a pesar de la victoria?

Siempre he dicho que fue una situación muy dura, aunque se demostró mi inocencia y que corrí legalmente según las normas de entonces. Con las normas actuales me tenían que haber echado de la carrera.

¿Y hubiese sido justo?

Me causa rabia ver cómo se criminaliza al ciclista cuando, y pasa mucho, no es tan claro que sea culpable. Ahora lo que hacen es echarle y que luego demuestre que es inocente, como ha pasado en bastantes casos. Eso no ayuda a la imagen de este deporte.

¿Sospechaba del dopaje de Armstrong?

Todo el mundo­ comentó que "Yo ya lo imaginaba", pero aquí estamos acostumbrados a sospechar. En el ciclismo se desconfía de todos, y como corredor he vivido una situación de este tipo, muy dura, y con la impotencia de no poder demostrar tu inocencia. Ni te lo permiten. Yo pensaba que las victorias de Armstrong eran legales.

Usted se retiró en 1994 con 34 años. ¿Era el momento?

Ya estaba echando una mano a Miguel Indurain y veía que físicamente no estaba en el lugar que tenía que estar, no sólo a nivel de mi clasificación, sino de poder ayudar decentemente a Miguel. Cuando acabó el Tour de 1993 le dije a mi director, José Miguel Echávarri, que no contase conmigo y que el de 1994 iba a ser mi último año.

¿Fue el Giro de Italia su asignatura pendiente?

Participé dos veces. En mi primer Giro sufrí duras críticas en España. Fue terrible, parecía que fuese antiespañol y más cosas que ahora no suceden. Eso le pesaba mucho al patrocinador y marca tu propio calendario.

¿A quién ve favorito en el Tour del Centenario que empieza el día 29?

El equipo Sky es el favorito, no sólo tiene una estrella, sino que también posee corredores secundarios dentro del equipo que en realidad son de primer orden. Creo que ellos van a marcar bastante la carrera y su líder, Chris Froome, que está en una forma envidiable y muy arropado, será el rival a batir.

¿Cómo ve a Contador?

Alberto, con la genialidad que tiene encima de la bicicleta, puede plantarle cara. Aunque no creo que sea un duelo exclusivo entre ellos. Creo que habrá otros artistas, aunque no se pueden saber ahora mismo. Con este Tour, más montañoso que el del año pasado, y aunque Froome ha demostrado que es muy fuerte, ya se ha visto que ante un ataque general, y si se siente presionado, tiene puntos débiles. Mi favorito, como el de todos los españoles, es Contador, pero me gustaría vivir una carrera bonita y divertida. El año pasado no hubo espectáculo.

¿Y a Purito Rodríguez?

Creo que a Purito ganar este Tour le viene aún un poco grande. Estoy seguro de que acabará entre los diez primeros y ganará alguna etapa. Le va más el tipo de montaña de la Vuelta, y pienso que ese debería ser su objetivo.