Ciclismo | Giro de Lombardía

Monumento a Purito

Primer español que gana el Giro de Lombardía. Samuel, segundo.

El nombre de Purito Rodríguez figura ya en la línea más alta del palmarés del Giro de Lombardía, uno de los cinco monumentos del ciclismo junto a Milán-San Remo, Tour de Flandes, París-Roubaix y Lieja-Bastoña-Lieja. Las clásicas más duras y prestigiosas del mundo. Esas por las que vale la pena vivir una vida.

Figura junto a mitos como Pélissier, Binda, Bartali, Merckx o Coppi, señor de la carrera con cinco victorias en 106 ediciones. Una larga historia llena de gestas que ayer se adornó con una victoria épica, entre bruma, lluvia y rostros tiznados de la carbonilla del asfalto, en la otoñal clásica de las hojas muertas, que por necesidades de la globalización ha adelantado su tradicional fecha del tercer domingo de octubre para dejar paso al Tour de Pekín. Salieron 248 ciclistas y llegaron 54. Un infierno en el paraíso del Lago Como.

Purito Rodríguez, con los focos sobre el reciente campeón del mundo Philippe Gilbert, que se retiró por una caída, y Alberto Contador, que venía de transmutarse en clasicómano en la Milán-Turín, se dedicó a endurecer los 251 kilómetros de carrera con la ayuda de Dani Moreno y Alberto Losada, sus fieles del Katusha. En el Muro de Sormano, a 80 kilómetros de meta, se levantaron las cartas. Sobre esos dos kilómetros que no se subían desde hace cincuenta años, con rampas de hasta el 27%, los meneos de Contador, Nibali y el propio Purito rompieron la carrera.

Quedaba pasar por la penúltima cota, Madonna del Ghisallo. Allí, las campanas del santuario-museo repican al paso del pelotón y la patrona de los ciclistas bendice a los valientes. A gente como Purito, sin miedo a trazar las curvas entre surcos de agua. Temerario pero cerebral. El año pasado fue tercero en una carrera que ganó Zaugg con un ataque en la cuesta de Villa Vergano, a 10 km de Lecco. Explosivo, pegó allí el hachazo. Como un déjà vu de la Vuelta, Contador le siguió. Pero no lo encontró.

El catalán, 33 años, se lanzó en tromba. Voluntad contra técnica. Abrió un resquicio siempre inferior a los diez segundos y aguantó al grupo de lobos (Urán, Hesjedal, Mollema, Contador...) que le seguía guiado por Samuel Sánchez, especialista en descensos suicidas que acabó segundo, como en 2007 y 2009. Purito resistió y estalló. Bidón al aire al entrar en meta y felicidad infinita, la que da ganar la clásica più bella. Esa que se le resitió al pionero Miguel Poblet, su paisano.

Purito cerró un año glorioso con más gloria, con el broche del Giro de Lombardía tras su segundo puesto en el Giro (con dos etapas), el tercero en la Vuelta (tres victorias parciales), la Flecha Valona y el número uno World Tour. La temporada de Purito merecía un monumento. Estaba en Lombardía.

Samuel

"Son ya tres segundos puestos, lo que dice mucho de mi regularidad a lo largo de mi carrera. Tras un inicio de temporada de ensueño, no he tenido suerte con las caídas, pero he llegado competitivo a final de año. La carrera fue vibrante y exigente".

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