"Lo de Armstrong y Contador da para una novela negra"

¿Tiene un momento para hablar de su libro Contrarreloj y del último Tour de Francia?

(Eugenio Fuentes responde al teléfono). Pues no se me ocurre mejor momento que ahora, porque estoy todavía con el culotte. He hecho dos horitas en bici.

¿Es usted aficionado?

Sí, mucho. Ésa es una de las tres razones por las que situé este libro en el Tour de Francia.

¿Y las otras dos?

Por un lado, Ricardo Cupido es un personaje que ya se movía en bici en anteriores novelas. En la primera me parecía extraño, porque a un detective le pegan más los coches deportivos, pero luego me gustó. Además, España ha sido el centro del dopaje. Esas son las tres razones.

El último Tour también ha sido de novela...

Sin duda. La relación entre Contador y Armstrong da para otra novela negra. Desde el inicio, todos intuíamos que había más tormentas y huracanes de fondo, como luego hemos confirmado. Para mí, había un complot de Armstrong para meter miedo a Contador. Todo lo que hacía el americano estaba medido para que Alberto perdiera los nervios: una indirecta, una declaración... Menos mal que Contador tiene muy buena cabeza y no cayó en sus trampas.

¿Alguno de los ciclistas ficticios del libro está inspirado en algún ciclista real?

No. Los únicos ciclistas reales son los que aparecen con sus nombres. Algún corredor puede tener similitudes con alguno en activo, pero es coincidencia...

Pues alguno se parece muchísimo. ¿De verdad que Tobias Gros no es Armstrong?

(Se ríe). Oficialmente, no.

¿Y Marcel Duhameau podría equivaler a Jesús Manzano?

No, ése sí que no. Ni lo había pensado. Duhameau equivaldría más a un Voeckler o algo así, a un francés más aldeano.

¿Ha seguido algún Tour con la bici a cuestas como Cupido?

Sí. Tengo familia en Francia, he ido al Tour un par de años con el culotte y he subido el Tourmalet, como Cupido en la novela. Fui de los primeros que felicité a Contador en el Aubisque en su primer Tour. Es medio paisano, medio extremeño. "Campeón, nos has emocionado", le dije. Y lo ha vuelto a hacer ahora.

Otros deportes, como el boxeo, se prestan más a la novela negra que el ciclismo.

Sí. Que yo sepa, ésta es la primera novela negra de ciclismo.

En general, hay poca literatura inspirada en el deporte.

Pero cada vez habrá más, porque el deporte está arraigado en nuestra sociedad y, si la novela cuenta una época, los libros deberían hablar más de deporte.