"La ciudad entera salió a la calle... era más auténtico"

Han pasado 44 años de su entrada triunfal en Barcelona. ¿Cómo la recuerda?

Voy para los 73, así que volver a pensar en ello no me viene de nuevo. Lo recuerdo con orgullo y cariño, aunque desapasionadamente.

Le habrá llamado todo el mundo para rememorarlo...

Sí, pero a casi todos he dicho que no. No quiero ser protagonista. Se lo agradezco a las autoridades, pero yo soy sólo un apasionado más de la bicicleta. Ni siquiera estaré en meta. Veré pasar el pelotón en La Conreria (entre Badalona y Tiana), a 30 km, junto a la gente con la que salgo a dar pedales. Iré hasta allí en mi bicicleta, claro.

Se le nota algo molesto.

No es molestia, es que siempre he sido así. Sólo digo que este deporte se ha convertido en un espectáculo de márketing, un show mediático en el que el ciclismo ha perdido autenticidad. Antes era distinto.

¿Cómo era?

Básicamente, más auténtico. ¡La gente no se imagina cómo fue aquel Tour, el 2 de julio de 1965! La ciudad entera salió a la calle porque quería vivirlo de verdad. Yo entré por la Meridiana y empalmé todo el Paralelo; no hubo un recorrido montado para que se vean los monumentos por televisión, ni se cortó la ciudad entera.

Más cosas.

Hoy todo el mundo sabe de todo, se cree que el ciclismo nació ayer, que el dopaje es algo nuevo... ¿Qué se creen, que antes eran tontos?

No se corta, ¿eh?

Siempre he dicho lo que pienso, no tengo pelos en la lengua. Quizás por eso me granjeé tantos enemigos...

Volvamos al presente. ¿A quién ve ganando este Tour?

Me gustaría que a Contador. Es extraordinario. Pero puede perderlo por culpa de alguno de los que no lo van a ganar. Se vio el otro día... Yo, de él, en la crono por equipos, no hubiese dado un relevo a Armstrong.

Armstrong. ¿Cómo lo ve?

No niego su categoría, pero es parte del show. Lo veo excesivamente trabajado en el gimnasio. Se ha equivocado.

O sea, que no ganará.

No le veo ni en el podio.