Westbrook sí, Westbrook no: el drama de los Nuggets

Russell Westbrook sigue siendo uno de los motivos de debate más cautivadores y apasionantes de la NBA. A sus 36 años, se mantiene fiel a su estilo, sin rendición en el ocaso. Juega como si acabara de llegar y no tuviera nada que perder, algo que a veces sale bien y otras no tanto en una competición en la que hizo historia a base de triples-dobles y datos estratosféricos que le hicieron ser un ídolo en los Thunder, pero que le impidieron optar a unos anillos esquivos durante toda su carrera. Y que le ha hecho cambiar en los últimos años de su carrera, pasando de estrella a carne de traspaso, compitiendo con poca suerte en algunos de los mejores equipos de la NBA y lanzando una moneda al aire que casi siempre, por lo que sea, ha salido cruz.

La reputada periodista Ramona Shelburne, un mito de la comunicación norteamericana ligada a la ESPN, ha escrito un amplio y estupendo reportaje en el que explica la actual relación entre Westbrook y los Nuggets y como todo ha ido evolucionando desde su fichaje hasta ahora. En un principio, la entidad de Colorado quería al base en 2023, tras la consecución del anillo, pero las dudas generadas por la irregularidad del base hicieron que esta decisión se descartara. Sin embargo, la derrota en semifinales de Conferencia el año pasado provocó que la franquicia se tirara a la piscina para hacerse con los servicios del controvertido jugador, que seguía siendo el mismo de siempre para bien y para mal. Pasional, errático, todo corazón y con los mismos errores y aciertos con los que empezó su carrera. Tirando mal, defendiendo regular y tomando decisiones muy cuestionadas. Pero rápido y tan explosivo como siempre a pesar de la edad, algo sorprendente para sus 36 años y tras 17 temporadas en la NBA.

Las cosas también han cambiado dentro de la entidad desde que Mike Malone fue despedido. Según la información de Shelburne, en la plantilla no gustaba que el entrenador diera la misma libertad a Westbrook dentro y fuera de la cancha que tenían Nikola Jokic y Jamal Murray. De hecho, cuando Malone fue despedido, el base se encontraba de permiso con su familia en Los Ángeles y en el seno de la entidad se dudó mucho si hacerle volver, dada la situación del equipo, o esperar a que se reuniera con la plantilla en Sacramento, el plan inicial. Finalmente se hizo lo segundo, ya con David Adelman a los mandos. El estreno no fue bien: después de que Westbrook fallara un triple, un tiro corto y una bandeja en posesiones consecutivas al principio del último cuarto, el nuevo técnico lo sustituyó por el base de segundo año Jalen Pickett y dejó que jugara el resto de los minutos decisivos, mientras Denver resistía para frenar una racha de cuatro derrotas seguidas. Westbrook terminó con 17 minutos, su mínimo de la temporada. Otra vez, un hombre con muchos picos, con altos y bajos.

“Es una locura. Ha cambiado por completo la vibra y el espíritu de nuestro equipo. Es inmaduro”, decía un jugador tras una derrota en primera ronda, cuando se filtraba una pelea entre el base y su compañero Aaron Gordon en el vestuario. Shleburne también revela lo que dijo después de otro partido un asistente: “Russ estaba compitiendo a tope. No puedo creer que siga haciendo esto en su decimoséptimo año. Ojalá tuviéramos 10 como él”. Los contrastes van de la mano de un jugador que ha promediado 13,3 puntos, 4,9 rebotes y 6,1 asistencias con 36 años, disputando hasta 75 partidos y mostrando una fortaleza física monumental. Y que, a pesar de contar con algo menos de protagonismo en playoffs, supera los 12 tantos de promedio. Eso sí, los Nuggets van 3-2 abajo y están al borde de la eliminación frente a los Thunder. Tras ello, se sacarán conclusiones y veremos si Westbrook sigue ligado a Denver... o no. Pero el final de su carrera todavía no se vislumbra. Eso está claro.

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