Wembanyama: “Soy inmune al alcohol y a las drogas”
El favorito al Rookie del Año habla de su primera temporada en la NBA y asegura que se mantiene alejado de los vicios y elige siempre entrenar. La tutela de Gregg Popovich, clave en el proceso.
El nuevo unicornio de la NBA ha causado más que sensación en su primera temporada. Y tiene amarrado un Rookie del Año que va a ser suyo salvo sorpresa mayúscula. Así es Victor Wembanyama, que ha cumplido con los pronósticos y los vientos de promesa y puede llegar a ser un jugador generacional destinado a marcar toda una era. Sus estadísticas hablan por sí solas: 21,4 puntos, 10,6 rebotes, 3,9 asistencias, 1,2 robos y 3,6 tapones, liderando la competición en ese último aspecto, todo un logro para ser un novato. Y todo ello con un 46,5% en tiros de campo, un 32,5% en triples (su talón de Aquiles) y rozando el 80% en tiros libres. Durante el curso baloncestístico, el pívot ha disputado 71 partidos, logrando 43 dobles-dobles y 2 triples-dobles, uno de ellos con tapones, demostrando así la enorme facilidad que tiene para ello. Y se ha convertido en uno de los motivos para que la gente vea los partidos de los Spurs, que apenas han llegado a las 22 victorias, las mismas que el año pasado.
Ante todo esto, los Spurs no tienen prisa. Gregg Popovich, un ser imperecedero, está inmerso en una reconstrucción que no va a acelerar a pesar de sus 75 años. La etapa de Tim Duncan acabó y los texanos harán las cosas despacio y con buena letra, esperando a que su estrella madure y que siga cumpliendo tiempo y acumulando experiencia en la competición norteamericana. Con apenas 20 primaveras y los Juegos Olímpicos de París por delante, se le rodeará de cara al futuro, buscando el éxito a largo plazo y evitando lesiones innecesarias y situaciones complejas que puedan poner el freno a su formación. La influencia del entrenador, uno de los mejores de todos los tiempos en su cargo, es más que obvia para un Wembanyama que está centrado en seguir mejorando y acumulando números y estadísticas. El futuro es suyo.
El francés, con un físico inédito, concedió una entrevista en The Ringer en la que habló de cómo lo está llevando todo y, sobre todo, de su capacidad para mantenerse alejado de los vicios que te pone al alcance ese atractivo de la NBA que te llena de atención y dinero en la precocidad más temprana. “Simplemente siento que soy inmune a esas cosas. Todas las cosas malas. Distracciones como fiestas, alcohol, drogas, lo que sea. ¿Por qué iba a hacer eso? No tengo nada de lo que huir. Elijo enfrentar todas las cosas que tenemos dentro de nosotros”, además de alabar a Popovich y considerarlo un entrenador justo. No es la primera vez que el técnico, por cierto, coincide con un jugador que puede cambiarlo todo. El último ya se sabe, fue Tim Duncan, número 1 del draft de 1997. Con él ganó hasta cinco anillos. Toda una dinastía.
Durante la entrevista, Wembanyama ha dejado caer que todavía le queda mucho potencial: “Diría que actualmente estoy al 15% entre mi primer partido de la NBA y lo que espero sea mi mejor momento”. Unas declaraciones atrevidas, pero llenas de promesa y que pueden suponer que el pívot se convierta en uno de los jugadores más destacados de la competición norteamericana. De momento, todo va encaminado a que eso ocurra, y el compromiso con el trabajo que tiene el pívot y su capacidad para dejar atrás esa otra cara de la mejor Liga del mundo a la que tantos otros han sucumbido (algo que seguro que seguirá pasando) habla muy bien de un jugador que lo tiene todo para triunfar y cuyos pasos están muy bien dirigidos por un entrenador legendario. Ahora, falta saber dónde está el techo de Victor Wembanyama. Pero lo que parece, de momento, se ve con claridad: el cielo es el límite.
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