Victor Wembanyama: comienza la gran cuenta atrás en la NBA
En cuanto terminó el Draft 2022 de la NBA, muchos pusieron ya los ojos en la edición de 2023. Y es que viene, desde Francia, un fenómeno que puede revolucionar el baloncesto mundial.
Todo el mundo habla de Chet Holmgren. Todo el mundo quiere ver qué pasa con Chet Holmgren, el unicornio de los unicornios, en la NBA. Un fideo inacabable que juega como un base, tira como un alero e intimida como un pívot con sus brazos inacabables. El prototipo definitivo, el jugador total para esta NBA de posiciones líquidas y juego de movilidad, perímetro y versatilidad. Pero, claro, con un cuerpo tan liviano y un peso tan bajo que nadie se fía de cómo aguantará las colisiones de las zonas en el juego profesional. O el ritmo de las extenuantes temporadas NBA. OKC Thunder le dio el 2 del draft. Su techo es de 1 especial, generacional. Su suelo… mejor no pensarlo.
Pero cuando todavía no hemos visto a Holmgren, asoma un unicornio todavía más unicornio de todos los unicornios. Un prototipo 2.0 de una primera versión que ni siquiera está testada. Si Holmgren mide 2,13, tiene una envergadura de 2,31 y pesa solo (ay) 88 kilos, el francés Victor Wembanyama mide 2,19, tiene una envergadura de 2,34 y pesa 104 kilos. Y va a ser si, no sucede nada muy (muy) extraño en los próximos meses, el número 1 del Draft 2023. Y no uno cualquiera. No: este es uno de esos que hacen que los equipos pierdan el juicio, que el tanking alcance niveles indecorosos. A calzón quitado.
Aquella final contra Estados Unidos en Riga
Palabra de Chet Holmgren: “Yo pensaba que era alto y que tenía los brazos largos… pero él está en otro nivel”. Tiene 20 años ahora, Wembanyama 18. El 11 de julio de 2021, uno con 19 y el otro con 17, acababan de disputar la final del Mundial Sub-19, en Riga. Estados Unidos ganó por los pelos (83-81) y terminó el torneo con el oro e invicta. Holmgren fue MVP: 11,9 puntos, 6,1 rebotes, 3,3 asistencias, ,2,7 tapones y 19,3 de valoración media en solo 21,4 minutos por noche. Era un Team USA tremendo, lo verá cualquiera que haya seguido este último draft. Además de Holmgren, estaba Jaden Ivey (pick 5). Y también Johnny Davis (pick 10) o Patrick Baldwin Jr, elegido por el campeón, Golden State Warriors, con el número 28.
Pero fue también un Team USA que pasó las de Caín para parar a Wembanyama, que acabó la final eliminado por faltas. Un asunto decisivo: +7 en sus minutos en pista para Francia y una estadística final para enmarcar: 22 puntos, 8 rebotes, 8 tapones, 30 de valoración. Cerró el torneo con la plata, los ojos de todo el baloncesto estadounidense encima y 14 puntos, 7,4 rebotes, 5,7 tapones y 20,1 de valoración media en 22,5 minutos. Y en el Quinteto Ideal, claro. Con Ivey y Holmgren, llamados a filas en la NBA un año antes que él. Y con Nikola Jovic, elegido también en primera ronda del último draft (27).
Wembanyama es más alto y más largo que Holmgren. Es muy liviano pero no tantísimo y tiene una constitución más proporcionada que parece más apta, a priori, para añadir peso y músculo. También maneja la bola, crea y mete tiros por fuera. Es algo menos exterior en su instinto y algo más interior por vocación, quizá. La defensa ya está ahí, con una tremenda capacidad para intimidar. El ataque promete de una manera casi indecible con esas facultades al estilo Mr. Fantástico, el héroe Marvel con el cuerpo que nunca deja de estirarse. Sam Vecenie, experto en draft y jóvenes promeses de The Athletic, habla de él como de un proyecto de estrella “imposible”: “Es como si Rudy Gobert pudiera botar, pasar y tirar por fuera”. Algunos afinan más: el físico de Kristaps Porzingis con el talento del primer Kevin Durant. Glups.
Un año más en Europa, en Euroliga o Eurocup
Además de unas facultades prodigiosas, Wembanyama tiene a su favor que ya es profesional. Ya se le han visto hacer cosas en el nivel Euroliga. Hace tiempo que cayeron ciertas barreras psicológicas. Quizá no para algunos aficionados en EE UU, pero sí para los ojeadores y expertos. Cuando un chico de 18 años es capaz de sumar 18 puntos y 6 rebotes con un 4/5 en triples contra el Armani Milán, ahí hay algo serio. En Euroliga, con el ASVEL, ha promediado 6,5 puntos, 3,8 rebotes y 1,9 tapones. En la fase regular de la Liga francesa, 9,4 puntos y 5,8 rebotes. Un niño entre hombres.
Nacido en Le Chesnay, el suburbio al oeste de París en el que también se crio Nicolas Anelka, practicó el judo y jugó al fútbol mientras su madre, jugadora profesional, le iba enseñando los rudimentos del baloncesto. Se formó en la cantera del Nanterre 92, desechando las ofertas del ASVEL y un Barcelona que fue a por él y que solo pudo tenerlo como invitado en la Minicopa de 2018. Dos años después, en la Euroliga Sub-18 (Adidas NGT) 2019-20, promedió 15,8 puntos, 12 rebotes, 2,8 robos y… 6 tapones por partido. Fue la temporada de su debut (19 de octubre de 2019) en Eurocup con solo 15 años, 9 meses y 25 días. El curso pasado dio el salto al ASVEL y ahora hay una guerra en Francia por poner camiseta a su último año antes de la NBA: Tony Parker, presidente del ASVEL, no quiere perderlo de vista y el Paris Basketball, que irrumpe con fuerza en el panorama Eurocup, quiere apuntarse el golpe mediático de contar con él mientras todo el planeta descuenta los días para verlo en la NBA.
El problema, uno vez más, estará en las dudas con su constitución física, con su resistencia. Desde Diciembre de 2020 ha sufrido una lesión por estrés en el peroné (ocho semanas de baja), una fractura en un dedo (tres semanas), una lesión de hombro que le dejó fuera de las pistas casi dos meses de este curso y, finalmente, una lesión muscular que le apartó de los playoffs de la Liga francesa. Como con Holmgren, algunos se preguntan si no acabará siendo demasiado especial para su propio interés. Es una incógnita, claro. Lo demás, es el proyecto de un jugador imposible, una estrella emergente con un perfil único. El unicornio de todos los unicornios. Y el número 1 del draft de 2023 si no sucede nada muy raro. Cuidado con el tanking, porque vienen curvas muy poco disimuladas.