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Un bochorno para justificar la salida de Doncic: “No me arrepiento”

El directivo de los Mavericks habla por primera vez desde la salida de Luka Doncic en una comparecencia sin cámaras y con sólo unos pocos periodistas en la que volvieron a poner excusas a una decisión que sigue siendo incomprensible.

Un bochorno para justificar la salida de Doncic: “No me arrepiento”
Jerome Miron
Alberto Clemente
Alberto Clemente es licenciado en Historia y Periodismo por la Universidad Rey Juan Carlos. Empezó su andadura en el periodismo en Cadena SER, donde estuvo de mayo de 2018 a enero de 2019, desempeñando sus funciones en la web, dentro de la sección de deportes. Tras dicha estancia, pasó a formar parte de As, siendo parte de la sección de baloncesto.
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El 1 de febrero de 2025, Luka Doncic fue traspasado de los Mavericks a los Lakers en uno de los movimientos más importantes de la historia del deporte. Algo incomprensible para los aficionados de Dallas que hizo retumbar los cimientos de la NBA y dio una nueva perspectiva al organigrama de la competición norteamericana. Algo que sorprendió a propios y extraños y que no hizo más que hundir a la franquicia texana mientras los angelinos volvían a estar a la altura de la historia y se hacían con el mayor activo de la mejor Liga del mundo, que recalaba en el mercado más grande de todos los tiempos para que la narrativa hiciera el resto. Algo que es capital dentro de esta temporada, que marcó un antes y un después brutal y que ha provocado un sinfín de reacciones y debates, siempre con Nico Harrison, general manager y hacedor del traspaso, como lógico blanco de todas las críticas junto a Patrick Dumont y la familia Adelson, propietarios de la entidad desde que se hicieron con la mayoría de las acciones a finales de 2023 desplazando del puesto a Mark Cuban.

Desde entonces, se han repetido análisis, Doncic ha debutado mostrando un nivel estelar que no ha hecho sino cuestionar más todavía la decisión y se han alimentado teorías y filtraciones, especialmente por parte de los Mavericks, que no han parado de decir hasta la saciedad que el jugador no se cuidaba, fumaba cachimba y tomaba cerveza. Harrison, en el colmo de la desvergüenza, acudió al argumento tan manido como mal utilizado de la Mamba Mentality que dice que la estrella no tiene para hacer más grande la herida. Dio igual: a falta de tres jornada para la conclusión de la regular season, el esloveno regresó a Dallas con su nueva camiseta, la afición le aplaudió como el héroe que es y maldijo al directivo, que vio el partido entre bambalinas mientras escuchaba los cánticos que pedían su despido. Doncic llogró, se exhibió con 45 puntos y recibió la ovación del respetable en un reencuentro histórico por los siglos de los siglos en el que demostró lo que todo el mundo sabía: que nunca se quiso ir. Y que los que querían que se fueran no eran los aficionados precisamente. Algo que se escapó del control de la estrella, redefinió la era de los jugadores empoderados y puso patas arriba a la NBA.

Pero no acaba ahí la historia: Nico Harrison anunció una rueda de prensa este martes con tan sólo 24 horas de antelación y con otras 24 horas (un poco más) para que los Mavericks disputen su partido de play in tras quedar décimos (39-43) y citarse con los Kings en Sacramento sabiendo que deberán ganar dos partidos fuera de casa para disputar unos playoffs que parecen bastante lejanos tras la lesión de Kyrie Irving y con un lenguaje corporal por parte de los jugadores que demuestra que quieren que el ruido acabe y que la temporada finalice lo más pronto posible. El general manager estuvo en una mesa redonda en la que no permitió grabaciones ni cámaras, un gesto que muchos han interpretado de cobarde. Y lo hizo acompañado de Rick Welts, directivo ejecutivo del equipo. Ambos, claro, hablaron del traspaso de Doncic. Y lejos de reconocer algún tipo de error en el movimiento, aseguran que no se arrepienten y que es lo mejor para los Mavericks. Vivir para ver.

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No me arrepiento del traspaso. En parte se trata de hacer lo mejor para los Mavs”, dijo el directivo, que insistió en el argumento de que “la defensa gana campeonatos” como si fuera una verdad absoluta e incuestionable. Harrison aseguró que con toda la plantilla sana el equipo texano es uno de los mejores de la competición norteamericana. Y nadie sabe si es más difícil que el equipo se mantenga sano (Anthony Davis es muy propenso a las lesiones, al igual que Kyrie) o que al completo vayan a estar bien. El general manager, que no se ha planteado dimitir, asegura que la decisión es la mejor de cara al futuro. Y Welst dijo que entiende el dolor de la afición por el traspaso: “Les escuchamos y nos corresponde a nosotros recuperar su confianza”. En fin: una comparecencia sin cámaras, con periodistas allegados que siempre van a favor de corriente y que supone un nuevo ejemplo de gestión de imagen pésima y un bochorno absoluto para justificar lo injustificable: que traspasaron a Luka Doncic cuando ni el jugador, ni sus compañeros (lo de Jason Kidd es otra historia), ni los aficionados querían. Y eso está por encima de cualquier otra cosa.

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