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NBA | KINGS 134 - LAKERS 120

Sabonis desarbola a los Lakers

Un increíble triple-doble de Sabonis inclina la balanza y suma una nueva decepción para los Lakers. Además, los Blazers se hunden y los Clippers ganan.

Dec 21, 2022; Sacramento, California, USA; Los Angeles Lakers forward LeBron James (6) shoots the ball over Sacramento Kings forward Domantas Sabonis (10) during the first quarter at Golden 1 Center. Mandatory Credit: Sergio Estrada-USA TODAY Sports
Sergio EstradaUSA TODAY Sports

Los Lakers siguen sin arrancar, sin moverse en el mercado, sin dar la sensación de ser un equipo fiable y sin que a nadie ya le importe. La derrota ante los Kings en Sacramento, unida a la sufrida ante los Suns, convierten en alegría efímera esa victoria ante los Wizards de la que ya pocos se acuerdan y deja el récord (13-18), otra vez muy resentido. Sin Anthony Davis de forma indefinida (al menos un mes, con filtraciones que apuntan a que podría ser más), el equipo está desmadejado y es insostenible con Thomas Bryant y LeBron, con casi 38 años, de estrella. Los jugadores lo intentan, hacen números, actuaciones decentes y muchas cosas mal, pero la realidad es que si ya antes era necesario un traspaso ahora es una obviedad supina que la necesidad apremia para todo el mundo menos para una directiva inoperante y a la deriva que se dedica a ver la vida pasar, desaprovechar un año bueno de dos estrellas generacionales como LeBron y Davis y, simplemente, esperar. Incomprensible.

Esta vez fue Domantas Sabonis el encargado de desarbolar a un equipo plano y predecible al que los Kings ya tenían sentenciado al final del tercer cuarto (106-86). El hijo de Avrydas sólo intentó 8 lanzamientos, pero se fue a 13 puntos, 21 rebotes y 12 asistencias. Una auténtica exhibición en el que está siendo el año del pívot, que promedia en torno a 18 puntos, más de 12 rebotes y casi 7 asistencias por noche, va a ir al All Star, y es el epicentro del juego de un equipo rendido a su figura, que se ha volcado en el ataque, mejora su récord (17-13), se consolida en el sexto puesto de la Conferencia Oeste y está, gracias al flojo momento de nivel que vive la NBA, a solo dos victorias del liderato. Algo insólito para un equipo que suma 16 temporadas seguidas sin playoffs, pero que ha encontrado en Sabonis un mesías y en Mike Brown a un entrenador ideal para volver a ser competitivos.

El partido no tuvo historia: los Lakers empezaron bien, pero su capacidad para mantener el nivel durante muchos minutos seguidos es inexistente: 25-26 al final del primer cuarto antes de recibir 41 y 40 puntos en los dos periodos siguientes, 81 en total. Y bastante aguantaron. El último periodo fue una intentona fallida de remontada que murió en la orilla (126-113 a tres minutos del final) pero que jamás fue real. Al final, 134-120, un resultado maquillado por el esfuerzo de LeBron James (9 puntos y 5 asistencias en los últimos 10 minutos y 31 con 11 en todo el partido), insuficiente y tardío. La estrella, con 1.389 partidos disputados como profesional (en el puesto 12 de la historia), jugó casi el último cuarto completo, una decisión completamente incomprensible de un Darvin Ham que cada vez se lía más con las rotaciones y que ha pasado de parecer un entrenador con buenas ideas a ser uno incapaz de ir más allá de lo obvio.

Lonnie Walker se fue a 19 puntos y 5 rebotes, Bryant a 17+10, Beverley a 13, Schröder a 18, pero ninguno fue diferencial y al final dejaron a LeBron demasiado, mientras Ham lo dejaba demasiado tiempo en pista (34 minutos al final). En los Kings, el reparto de pases de Sabonis y su generación de espacios permitió al resto del quinteto (Barnes, Fox, Huerter y Murray) superar la veintena de puntos. Y ahí estuvo todo: los Lakers lanzaron con un 50% en tiros de campo y superaron el 45% en triples, dos cifras espectaculares para ellos, pero no pudieron frenar la producción de Sabonis, cuando se hundieron lo hicieron al fondo del sótano del fracaso y perdieron 15 balones. El año pasado a estas alturas el récord angelino era 16-15... y éste es de 13-18. Y se pueden buscar muchas cosas; aunque, realmente, la explicación es mucho más sencilla que todo eso: los Lakers son malos. Punto y final.

Los Blazers se hunden

Segunda derrota consecutiva para unos Blazers que empezaron la temporada en pleno vuelo (5-0, 17-15 ahora) y que han perdido tres de los últimos cuatro partidos. También segunda vez en pocos días que caen ante los Thunder en Oklahoma, esa extraña manía que la NBA ha convertido en costumbre y que prácticamente calca dos encuentros de mismos rivales, similares características y, en muchos casos, resultados parecidos. En este caso, con más inri, ya que el otro día los Blazers cayeron de dos ante los Thunder y esta noche ha sido de tres (101-98). Un muy mal resultado para ellos, pero fantástico para sus jóvenes y prometedores rivales, que adelantan a los Lakers y se colocan a dos victorias del play-in, algo con lo que pocos contaban después de la lesión del unicornio Chet Holmgren y que es una gran noticia en el pauperizado, pero igualado Oeste.

Damian Lillard se fue a 19 puntos, pero su partido fue un desastre: 6 de 19 en el lanzamiento, con 2 de 11 desde el triple, condenaron en demasía al equipo de Oregón. La estrella no anotó en el último cuarto y los de Chauncey Billups se hundieron en la miseria y en la derrota ante un equipo cada vez más sólido y serio que se basó, un día más, en el poderío de Shai Gilgeous-Alexander: 27 puntos, 6 rebotes y 3 asistencias. Los Thunder llevan tres victorias consecutivas y sus últimas cuatro derrotas fueron por 8 o menos puntos de diferencia. Casi siempre compiten, tienen una estrella que va a disputar el All Star, tienen gente joven y prometedora y una variable con la que hay que contar: con la cantidad de rondas del draft que Sam Presti se ha dedicado a coleccionar en los últimos tiempos... ¿por qué no hacen un movimiento importante? Ahí queda eso.

Los Clippers suman y siguen

Quinta victoria en los últimos seis partidos para unos Clippers que han respondido positivamente a un calendario tumultuoso y que hoy se encontraban a un rival plácido y sin aspiraciones: los Hornets. El equipo angelino ya dominaba el partido al descanso (71-40) y se dedicaron a administrar la ventaja hasta el 126-105 final. La comodidad permitió incluso la licencia de que los de Tyronn Lue perdieran hasta 27 balones, un auténtico bochorno que compensaron con la victoria. El líder en esta estadística fue Paul George con 7, aunque también al máximo anotador de su equipo con 22 puntos. Nicolas Batum se fue a 21. En los Hornets, Lamelo Ball fue la única buena noticia: 25 tantos, 11 rebotes y 12 asistencias. La única luz en la oscuridad de unos Hornets a la deriva.