Riley: “Igual sí estoy acabado”
El presidente de los Heat habla de la crisis con Jimmy Butler y de su relación con la NBA actual: “Puede que demasiado extravagante para mí”.

En marzo, Pat Riley cumplirá 80 años. Así que ahora, cuando arrecia la crisis en Miami Heat por todo el jaleo con Jimmy Butler, que de momento no ha sido traspasado porque las propuestas que llegan por él a South Florida “apestan” (es lo más suave que dijo al respecto Brian Windhorst, de ESPN), al Padrino de la NBA le toca escuchar que mucho de lo que pasa es culpa suya, que está acabado porque esta ya no es su NBA ni estos son sus tiempos.
Sería fácil contestar que todas las NBA son las de Pat Riley, uno de los personajes más importantes y más competitivos de la historia de la liga, pero también resulta obvio que el mandamás es tan responsable de los bueno como de lo malo. Relativamente malo, porque los Heat han jugado tres finales del Este y dos de la NBA desde que comenzó 2020. Pero eso es tan cierto como que el proyecto ha encallado, se ha estancado en una obligación constante de funcionar por encima de su techo real, de jugar como underdog mientras desde los despachos se ha fallado en dos vías: en la caza mayor, la búsqueda de estrellas que era una de las marcas de la casa Riley; y también en el reparto de millones y contratos dentro de una plantilla que ha acabado desequilibrada y corta de talento.
Así que Butler y Riley, que le soltó un buen recado cuando acabó una muy decepcionante temporada pasada en Miami, pueden señalarse con el dedo y echarse en cara las cosas en las que el otro no ha cumplido por su parte. La cuestión, y eso no va a cambiar, es que los Heat no quisieron dar a Butler en verano una extensión de dos temporadas y casi 113 millones, el máximo al que podía optar. Y que el alero (35 años) se lo tomó por lo personal y la cosa quedó rota ahí, si es que no venía rota ya de ese final de temporada en el que uno dijo que habrían ganado a los Celtics si no se hubiera lesionado y el otro, Riley, le espetó en público que, básicamente, menos hablar y más jugar.
Riley no había dicho gran cosa hasta ahora. No suele. Los Heat, como franquicia, primero rechazaron que fueran a traspasar a Butler, después de la primera salva de rumores, y después aseguraron, con sanción incluida para el jugador, que estarían encantados de hacerlo. Pusieron en marcha la música, pero por ahora nadie quiere bailar. No si no es a precio de saldo. Así que la cosa se ha estancado con el cierre de mercado a menos de un mes. ¿Acabado? Ahora sí que ha hablado Riley, en el programa de Dan Le Batard, una referencia mediática en Miami: “No sé quién está diciendo eso, no he visto nada porque no estoy en ninguna red social. Y me da igual, porque quizá sí que esté acabado. Igual los críticos tienen razón y debería dejarlo y tumbarme por ahí con los pies en alto, pero entonces seguramente me obsesionaría con alguna otra cosa. Me da igual lo que digan, ya cuando entrenaba me patearon bastante el culo los Celtics, son un gran equipo”.
Otra de las cosas que ahora le achacan al presidente de los Heat, la franquicia que básicamente personifica desde 1995, es que su estilo de tipo duro de vieja escuela no casa con el nuevo tipo de estrellas de esta NBA del jugador empoderado. Algo que algunos trazan hasta sus tensiones con LeBron James cundo este acabó regresando a Cleveland en 2014. Y que enlazan con sus problemas con Butler tras aquellas críticas públicas antes del verano: “Sin duda, manejaría eso de otra manera si pudiera volver ahí. Pero a partir de ahí, es distinto. Como dice la biblia, hay que dar al César lo que es del César. Y nuestros jugadores, del mismo modo, tienen que dar a los Heat lo que es de los Heat. Mientras tengan un contrato con nosotros, nos deben algo. Y eso lo dice su convenio colectivo”.
Riley, campeón como jugador con los Lakers en 1972, lleva desde 1979, prácticamente una vida, en el otro lado de la NBA, el de los banquillos y los despachos. Ha conocido todas las épocas de la competición, y también se siente capaz de manejar (pero a su manera, claro) esta, de jugadores con enormes plataformas mediáticas, contenido masivo y vertiginoso en redes y agendas que muchas veces no cuadran entre las estrellas y sus equipos: “Hay jugadores que quieren expresarse de una manera que va totalmente en contra de lo que yo creo que es representar a una institución, ya sea para hacer crecer su propia marca, para ganar más dinero... para salir y desmarcarse del rebaño. No sé puede hacer nada contra eso, es lo que quiere la NBA. Los contenidos son el nuevo rey y se trata de que haya acceso a todo. Ya he aprendido que si intentas que no sea así y que los medios se queden al margen de algunas cosas, el comisionado no lo va a permitir. Entiendo a esta generación de jugadores y también que la forma en la que quieren llevar su vida ha cambiado. También la música que escuchan, cómo establecen su personalidad como marcas, la ropa que llevan.... puede ser todo un poco más extravagante de lo que yo prefiero, pero es como son y eso lo respeto”.
Butler, que ya ha demostrado en otros sitios (Minnesota) que sabe cómo enredar hasta salirse con la suya, ha usado su cuenta de Instagram y su otro negocio, el café, para mandar un mensaje obvio a Riley. En una de sus última publicaciones aparece junto a un empleado al que felicita por su trabajo: “¿Ves? Un cumplido. Eso es lo que los jefes tienen que hacer. Te ayudan a crecer, no te intentan hundir”.
Como la cosa se está poniendo fea, Carmelo Anthony ha aparecido en escena para dar su consejo particular a Butler. Mejor que no juegue con Riley: “Pat lleva 100 años haciendo esto. Verás dónde le va a mandar. ‘Ok, ¿quieres jugar conmigo? Pues igual te mando a un sitio donde no vayan a contar contigo porque no encajas con lo que están haciendo. Un equipo joven, que no quiera lidiar con sus historias. Así que igual te mando a un equipo como los Wizards, si lo que quieres es que juguemos’. Pat puedo hacer eso, un ‘que te jodan’ para Butler, que tendrían que lidiar con esa situación. Así que mi consejo es que más vale que te calmes un poco, Jimmy”.
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