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NBA | MAVERICKS 90 - CAVALIERS 105

Mitchell se venga de Luka Doncic

Desastre de los Mavericks en su pista y otra vez en el 50% de victorias para unos Mavs que son novenos del Oeste. Mitchell superó a Doncic esta vez.

Actualizado a
Mitchell se venga de Luka Doncic
Kevin JairajUSA TODAY Sports

A los Mavericks les cayó una técnica por tener a solo cuatro jugadores en pista. Por si alguien quiere saber, de un vistazo, qué tipo de noche fue para ellos. Acabaron perdiendo 90-105, pero estaban 41-60 al descanso… y gracias. Un despliegue anémico, penoso, les había dejado 35-58 un poquito antes, en un segundo cuarto en el que se llevaron un parcial de 0-17 (de 30-34 a 30-51), sin energía y sin recursos, superados por la tenaza del rival sobre Luka Doncic y vendidos en el espejo del talento: ¿cuántos jugadores de los Mavs, más allá de Doncic, estarían entre los siete u ocho mejores de este duelo directo? La respuesta, seguramente, no gustará en Dallas, donde los Cavaliers fueron muchísimo mejores y donde las cosas no van bien: 14-14 después de 28 partidos. Ni frío ni calor, lo que implica mucho frío si vienes de jugar la final del Oeste en los anteriores playoffs. Tres derrotas en los últimos cuatro partidos. Si abrimos el tiro de cámara, ocho en los últimos trece. Nada de lo que sucede parece casual. En paralelo a esa penosa primera parte del equipo, por cierto, Jalen Brunson, con los Knicks, bailaba en la prórroga contra los Bulls. Cosas.

En ese siniestro total de primera parte, Luka Doncic se quedó en 11 puntos y Donovan Mitchell metió 25. Mitchell, recordemos, jugó muchos tramos desconectado, desenfocado, en la serie de primera ronda que los Jazz perdieron con los Mavs a pesar de la baja de Doncic en el inicio de la eliminatoria. Un cruce de caminos que envió a unos a la final del Oeste y a otros a la reconstrucción: Rudy Gobert se fue a los Timberwolves, Mitchell a unos Cavs donde se ha reencontrado. El equipo de Ohio está 18-11 y sigue tercero del Este, aunque aprietan Nets y Sixers. El primero de los mortales más allá del reino de los cielos (Celtics, Bucks).

Pero, y esto es mala señal para los Mavs, los Cavs no están en bueno momento. Hay jugadores de rotación (Kevin Love, Cedi Osman…) en hora bajas, el equipo ha estado atascado, y negado en finales igualados, y llegaba a Dallas con ocho derrotas en sus últimos nueve partidos a domicilio. El último, en San Antonio. Ahora le viene un tramo de seis en casa, incluida la visita el sábado de estos mismos Mavs que antes juegan contra los Trail Blazers. Es decir, que tienen dos huesos en back to back para acabar la semana. Es un equipo, eso lo sabemos, capaz de repuntar cuando las cosas se ponen feas y de caer otra vez cuando da la sensación de que se está terminando de levantar. El resultado, entre idas y venidas, es un 50% de victorias a mitad de diciembre. El algodón no engaña. Y un noveno puesto en el Oeste, a dos del cuarto (el factor cancha en primera ronda) que ocupan, precisamente, esos Blazers que llegan de visita mañana, con Damian Lillard en un momento espléndido. El partido, por lo tanto, va a tener su aquel.

Después del estacazo del primer tiempo, los Cavs controlaron el ritmo sin demasiados problemas. Hubo un par de arreones de los Mavericks, que no consumaron una opción viable de remontada y solo anotaron ocho puntos en los últimos siete minutos, aparentemente desfondados. Los Cavs sometieron a Doncic a una presión máxima: Lamar Stevens (o Isaac Okoro) sobre él y el tabique de Evan Mobley y Jarrett Allen si el esloveno rompía esa barrera e intentaba anotar en la zona: de ahí esos 11 puntos al descanso con un 2/8 cerca del aro y solo tres tiros libres lanzados. Acabó con 30 puntos, 5 rebotes, 6 asistencias, un 9/23 en tiros, 5 pérdidas y, una buena noticia, un 10/11 en tiros libres. Un asunto que ya sabemos que es espinoso en Dallas.

Jason Kidd lo vio tan mal que sentó en el descanso a Dorian Finney-Smith (cosa rara) y Dwight Powell. Metió a Reggie Bullock para perseguir a Mitchell (25 puntos en la primera parte, 34 al final) y a Christian Wood para buscar soluciones en ataque. El pívot acabó con 20 puntos, 7 rebotes y un 4/7 en triples gracias a unas jugadas de pick and pop en las que aprovechó su versatilidad exterior contra Allen. Poco más hicieron en ataque unos Mavs en los que Doncic se vio esta vez superado y Tim Hardaway Jr ha pasado, así son sus rachas, de meter 30 triples en cinco partidos a firmar un 11/35 en los cuatro últimos (tres derrotas). Solo 16 canastas de dos, mal en el rebote (33-43), mal en la distribución (17-26 en asistencias)... Mal en general contra un equipo que llegaba con dudas y sin una versión óptima de Darius Garland (12 puntos, 6 asistencias esta vez). Pero Mitchell, contra el fantasma de los últimos playoffs, se bastó para que los Cavs tuvieran algo parecido a un ataque decente contra unos Mavericks apagados, flojos, sin colmillos, justos de talento y vendidos en la defensa de su zona, donde se notó la baja de Kleber. Ahora mismo, es lo que hay: victorias, derrotas, rachas buenas y malas… y en el lote del 50% de victorias. Veremos cómo sigue la cosa.