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NBA | MAVS 102 - 108 ROCKETS

Los Mavericks necesitan más

Kyrie hace un esfuerzo, Doncic se queda a medias y Klay se resiente. Derrota en casa y ante su público de unos Mavericks que cuajan una actuación realmente mala.

Los Mavericks necesitan más
Kevin JairajUSA TODAY Sports via Reuters Con

Es culpa mía. Empecé bastante mal, así que asumiré la culpa porque tengo que hacerlo mejor. Sé que puedo hacerlo. Solo tengo que concentrarme y hacer mi juego”. Luka Doncic, sin trampa ni cartón, no se ha ido por las ramas al hablar de la derrota de los Mavericks ante los Rockets (102-108) en un duelo texano descafeinado, de pocos puntos y en el que los locales no se han sabido mover correctamente, sin acierto ni corazón. Muy lejos de su mejor juego, tanto como equipo como individualmente, los de Jason Kidd protagonizaron un inicio desolador que intentó justificar un Doncic que aseguró en la rueda de prensa posterior al partido que no ha tenido pretemporada y que por eso se ha mostrado tan lento en el inicio. Algo demasiado manido como para que suene a cierto, por mucho que la estrella opte al MVP (quedó tercero en las votaciones el curso pasado). Renunciar a los primeros partidos siempre es un error que los Mavs consiguieron subsanar el curso pasado tras el mercado de febrero. Pero no siempre se aprueba el examen estudiando el último día.

Doncic promedia 27 puntos por noche, su cifra más baja en anotación desde su año rookie. También tenemos que irnos a esa temporada para ver que no supera las 10 asistencias en ninguno de los cinco primeros encuentros disputados, por mucho que sus inicios hayan sido tradicionalmente renqueantes, posteriores a un verano en el que se lo ha pasado bien y ha cogido más peso, una de las críticas más grandes que se le hacen siempre a una estrella que, como todo el mundo, tiene sus fallos y vive de ciertas contradicciones. Ante los Mavs, como en muchos partidos que hemos visto de su persona a estas alturas, fue tirando de ingenio y de las rentas para empezar muy mal y acabar bien, ya con las piernas más calientes y el cuerpo más adaptado a medida que pasan los minutos. Se fue a 29 puntos, 5 rebotes y 2 asistencias, anotando 15 tantos en el último cuarto. Los Mavs, que llegaron a perder de 23, se llegaron a poner 97-100 y 100-103. Pero remaron para morir en la orilla. Carburar es bueno, pero en este caso fue de forma tardía para una plantilla que fue en volandas con su líder cuando se dio la ocasión, pero necesitó mucho más de él en el resto del choque.

Los Mavs lanzaron con un 33% en triples, perdieron la lucha por el rebote (37 a 50), apenas lograron 21 asistencias por 10 pérdidas y jugaron precipitados primero y sin ganas después, más allá del conato final (y tardío) de rebeldía. Como si el partido se fuera a solucionar sólo. Y lo hizo, pero no de la manera que ellos querían: Jalen Green, con 23 puntos, 12 rebotes y 4 asistencias (aunque 5 pérdidas), fue el mejor del encuentro, con 17 tantos, 13 rechaces y pases a canasta de un Alperen Sengun en la retaguardia. Los Rockets jugaron seguros, como quiere Ime Udoka, se movieron en las trincheras de la zona, tuvieron una actitud mucho más rotunda que sus rivales y fueron a por el partido mientras los homólogos texanos se dedicaban a verlas venir. Y con una superioridad aplastante, consiguiendo la ventaja al principio y sin dejar que los locales le dieran la vuelta a la tortilla en ningún momento. Siempre mandaron mientras los Mavericks daban la sensación de tener una marcha más. Pero nunca llegó. Cuando especulas, pasan estas cosas.

Más allá de Doncic, lento, sin poder vertical ni la chispa que da siempre con ese último pase que ahora es un arma que no tiene y ralentiza el juego de su equipo, Kyrir Irving fue el mejor de su equipo: 28 puntos, 7 rebotes y 8 asistencias, actuando de segundo generador el tiempo que su compañero exterior no tenía el balón en las manos, que suele ser poco. El campeón de la NBA con los Cavaliers en 2016 logró un 10 de 20 en tiros de campo, 5 de 6 en el triple y 3 de 3 desde la línea de personal. Pero durante tres cuartos estuvo muy solo en su esfuerzo y luego cedió de forma obligada el protagonismo a Doncic al no tener posibilidad de acompañarle más que para correr de un lado a otro de la pista. Klay Thompson fue el que no estuvo nada bien: 12 tantos, con 2 de 9 desde el exterior. Entre los tres lanzaron 53 de los 85 tiros del equipo, una cifra demasiado grande que, en ausencia de la velocidad necesaria y la aportación por encima del aro del resto (6 puntos de Daniel Gafford, otros 6 de Dereck Lively) hizo el juego pesado y previsible. Desde luego, los Mavs necesitan mucho más si quieren acercarse a lo que lograron la temporada pasada. Ahora mismo, desde luego, están muy lejos de ser ese equipo. Por lo que sea.

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