Los Lakers, futuro incierto: LeBron, Reaves, Davis...
Tras la eliminación ante los Nuggets, los Lakers afrontan un verano de toma de decisiones y un futuro pendiente de la edad de LeBron y la salud de Davis.
Adiós a los Lakers. Ha sido bonito mientras ha durado, pero una revolución inacabada no es, por definición, una revolución. El equipo que empezó la temporada 2-10 ha superado las expectativas, ha sido el mejor de la Conferencia Oeste tras el All-Star y ha superado de forma tan inopinada como merecida dos rondas de playoffs. Nada más se ha podido hacer: los Nuggets han sido neta y completamente mejores, con un jugador histórico, generacional, que se encuentra en su prime como Nikola Jokic y un Jamal Murray con ramalazos de talento verdaderamente increíbles. El equipo de Colorado llega así a sus primeras Finales, algo que nunca había logrado, y se postula como uno de los dominadores del futuro reciente. Mientras tanto, los Lakers ponen rumbo al rincón de pensar tras una temporada muy buena a pesar de todo y esperarán a ver cómo se desarrollan los acontecimientos para decidir si es posible un último intento al anillo antes de que LeBron James certifique un declive que ya ha empezado y se ha notado de forma rotunda y notoria.
Por ahí pasarán los Lakers, que están obligados a dar continuidad al proyecto, un secreto a voces confirmado por el buen final de curso del equipo. No les queda otra: todo dependerá, más allá de renovaciones y las posibles permanencias de la intendencia (ahora hablaremos de esto), de la edad de LeBron (¿y su posible retirada?) y la salud de Anthony Davis. Si consiguen alargar todo lo posible el buen hacer de sus dos estrellas, todo es posible a corto plazo. Porque mirar al futuro dentro de unos años carece de sentido cuando cuentas en tu plantilla con el Rey, sus 38 años, sus 20 temporadas en la NBA y su infinidad de récords. Ahí tienes que darlo todo: en una puesta que te permita, al menos, competir. Acercarte al título en una Conferencia Oeste poco competitiva y una competición sin el equipo claro dominador que siempre ha existido de forma tradicional.
El futuro de LeBron y las cuentas de la intendencia
LeBron y Davis son los únicos que tienen contrato a largo plazo, concretamente hasta 2025. El primero amaga con la retirada (quizá para presionar una posible llegada de Kyrie Irving), pero no parece probable: su nivel es extraordinario con 38 años, anotó 40 puntos en el último partido de despedida de temporada, tiene contrato en vigor tras renovar a inicios de este curso, una player option en 2024 que ya veremos si ejercerá (su hijo Bronny aterrizará en la NBA, si todo va bien, el próximo curso) y, si no se sale de la misma, más de 97 millones por cobrar, incluidos los más de 44 que percibirá esta temporada. Y sería muy raro que no se retirara con una gira de despedida que sería de las más increíbles jamás presenciadas en la historia de la NBA: no es para menos.
El segundo tiene la misma opción que su compañero tras los 190 millones en 5 años firmados en 2020 y se llevará, si la ejerce, a más de 78 millones. Son los únicos jugadores que seguro que seguirán el año que viene, pero tienen 38 y 30 años, unos problemas de salud que ya no son un condicionante. También, claro, piezas muy concretar alrededor para poder luchar por el anillo: LeBron no es el que era, arrastra una lesión de pie que igual le hace pasar por el quirófano este verano y se le nota fatigado en esta parte del curso, sin querer penetrar y abusando de un triple que no mete. Davis es más poderoso jugando de pívot, pero su fama de hombre de cristal (36, 40 y 56 partidos disputados en las temporadas posteriores al anillo de 2020) es demasiado grande como para pasarla por alto. Es decir: sí, están ahí. Pero hay que contar con ellos lo justo.
Ahí entran el resto. El primer tema será resolver la situación de Austin Reaves: acaba contrato y es agente libre restringido. Ha estado dos años con el equipo, por lo que los Lakers tienen sobre él la early bird rigths. Con eso, pueden ofrecerle directamente unos 51 millones en cuatro temporadas. Están limitados a esa cifra, aunque el resto de las franquicias no, y le podrían dar hasta 99 millones en los mismos años. Eso sí, los Lakers podrían igualar esa oferta gracias a la Gilbert Arenas Provision, una regla creada cuando los Wizards firmaron a Arenas por 65 millones en seis cursos (2003) sin dar la oportunidad a los Warriors de renovarle. La NBA cambió entonces las normas para permitir a las entidades igualar esa oferta en caso de que su jugador saliente la reciba y poder así mantenerle. Algo que, con el recuerdo de la salida de Alex Caruso todavía reciente, probablemente harán los Lakers. Al fin y al cabo, estamos hablando de un buen jugador que maneja bien el balón, defiende, pasa y anota; y que ha promediado 13 puntos por partido esta temporada y 17 en playoffs, con casi 5 rebotes y 5 asistencias por noche. Sería descabellado y una demostración de no aprender de los errores no retener a la joven promesa. Que se lo digan a los Mavericks, que ya hicieron lo mismo con Jalen Brunson el pasado verano... y están como están.
El otro caso que tendrán que revisar los Lakers será el de Rui Hachimura: ha sido una noticia fantástica, ha estado muy bien en su rol y ha conseguido aportar en ambos lados de la pista. Es agente libre sin restricciones y podrán ofrecerle lo que puedan, pero dando prioridad a la renovación de Reaves y esperando que no haya otros equipos que apuesten por él. También quedan pendientes más agentes libres como Dennis Schröder o Lonnie Walker IV. Se espera la salida de Malik Beasley (opción de equipo de más de 16 millones que los angelinos se pueden ahorrar) y veremos qué pasa con Troy Brown o Wenyen Gabriel, con menos incidencia y tiempo de juego en playoffs. El que sí seguirá, casi seguro, será Jarred Vanderbilt: menos de 5 millones pendientes el curso que viene, una cifra muy apetecible para un jugador que ha dado mucho, especialmente en defensa.
La opción Kyrie y el futuro
A ver qué pasa ahora. Rob Pelinka ha demostrado ser un hombre inteligente y paciente y esperará el mejor movimiento para reforzar un equipo que ya es competitivo, aunque lo haya sido a partir del traspaso de Russell Westbrook. Darvin Ham ha tenido rachas muy buenas y su gestión de los partidos en la serie ante los Warriors ha sido sencillamente brillante. Pero en todo esto emerge un rumor que se hace cada vez más fuerte: el posible fichaje de Kyrie Irving. Agente libre este verano, nadie sabe si los Mavericks apostarán por él y su reputación está manchada por sus polémicas extradeportivas, pero también por el pobre nivel que lleva dando en pista de forma sostenida desde que salió de los Cavaliers... de LeBron James, con el que parece que se quiere volver a juntar después de irse de Ohio para escapar de su alargada sombra. D’Angelo Russell puede salir (las críticas sobre él son cada vez más grandes) y eso dejaría una vacante en el puesto de base... pero con una decisión, la de fichar a Kyrie, que sería muy polémica se mirara por donde se mirara. Un hombre que te puede poner patas arriba una franquicia. Una presencia tóxica. Una estrella estrellada.
Así están las cosas en los Lakers. Al margen de lo que pase con LeBron y sus dudas, seguirá Davis, y se intentará retener a Reaves a toda costa (no hacerlo podría ser catastrófico) y hacer lo que se pueda con Hachimura (cuya salida podría provocar el fichaje de Kyrie). A partir de ahí, mucha gente de rol, contratos mínimos, mantener el cuerpo técnico (Phil Handy, a la sombra de Ham, esencial) y esperar a que algo se mueva en el verano, cosa que puede dado el movimiento que va a haber de este verano a febrero, todo camino al nuevo convenio, que se irá aplicando paulatinamente hasta que esté todo en marcha, se espera, para la 2024-25. Hasta entonces, los Lakers deberán descansar y pensar en un futuro lleno de condicionantes y aristas. Con mimbres, pero incierto. Con cosas que hacer, pero tampoco tantas. Han hecho una gran temporada. Pero lo que vale aquí es ganar. Y eso no lo han conseguido, claro.