¿Justicia o escándalo? Davis responde a los premios de la NBA

La NBA vive de la narrativa constante, del debate permanente, de las discusiones. Los posicionamientos históricos son uno de los temas favoritos para reivindicar según qué era. Y también los premios. Algo que se ha agrandado sobremanera con el auge de la mejor Liga del mundo, dueña de una expansión legendaria que le permite llegar ya a todas las partes del planeta. Esto, unido al crecimiento brutal de las redes sociales, ha permitido a la competición norteamericana estar en la disputa constante: todo el mundo se cree con derecho a opinar y, de hecho, todo el mundo lo hace. Y los jugadores no son menos. Al fin y al cabo, son los protagonistas, los principales afectados por las decisiones y los que quieren llevarse trofeos y premios. Siempre están dispuestos a hablar de sí mismos y de decir que son mejores que otros. Y alimentar así la polémica e incluso el escándalo en ciertas ocasiones. Lo hemos vivido en los últimos años con Joel Embiid y sus deseos de conquistar un MVP con el que finalmente se hizo. Pero el afectado ahora es otro.

Se trata de Anthony Davis, estrella de Los Angeles Lakers y un jugador que ni siquiera ha entrado entre los tres finalistas al trofeo, entre los que están Rudy Gobert, Bam Adebayo y Victor Wembanyama. “Nunca me van a dar el premio. A la NBA no le gusto. Lo tengo superado. Sé que soy el mejor defensor de la Liga. Simplemente haré lo que tengo que hacer para ayudar al equipo a ganar e intentar luchar por un campeonato. Ya he superado lo de los premios individuales”, ha dicho el interior, inmerso en primera ronda de playoffs con los angelinos, que juegan contra unos Nuggets que son favoritos en la serie y al título y en la que está teniendo un más que interesante duelo contra Nikola Jokic, el mejor jugador del mundo en estos momentos y favorito al MVP, que sería además el tercero de su carrera deportiva.

La realidad, difícilmente discutible o no, es que Anthony Davis ha cuajado una temporada fantástica en ambos lados de la pista y que ha sido (y es) un pilar fundamental en el sistema defensivo de los Lakers. Se ha ido a 24,7 puntos, 12,6 rebotes, 3,5 asistencias, 1,2 robos y 2,6 tapones, siendo tercero de la NBA en rechaces y cuarto en chapas, además de disputar 76 partidos, la mejor cifra de toda su carrera y evitando esas lesiones que le han hecho ser uno de esos hombres de cristal. Wembanyama es el que se ha colado ahí con cierta polémica, ya que si bien ha liderado la competición en tapones (3,6 por noche) y se ha ido a 10,6 rebotes (el octavo mejor dato del curso), lidera a los Spurs, que han sido la peor segunda defensa de la Conferencia Oeste y la séptima más mala de la NBA, además de lograr tan solo 22 victorias. Algo extraño que parece más fruto de las ganas de dar cabida y exposición al gigante francés que de otra cosa.

“Para mí él es el mejor defensor de la liga. No se habla lo suficiente de todo lo que afecta los partidos con su defensa. Realmente cambia los partidos. Para mí es el Defensor del Año. Realmente no entiendo la razón por la que no está en el debate”, comentaba Austin Reaves sobre su compañero. Davis argumenta que es el mejor en el pick and roll, que puede defender a cualquiera de los cinco rivales que haya en pista y que condiciona absolutamente los ataques rivales. Lo cual es cierto, ya que los Lakers han sido un equipo radicalmente distinto (es decir, peor) cuando no ha contado con su estrella, que siempre ha estado alejada de los premios individuales más allá de sus cuatro presencias en el Mejor Quinteto de la NBA, las cuatro en los Mejores Quintetos Defensivos (dos en el primero y dos en el segundo) y los nueve All-Star, siendo MVP del Juego de las Estrellas en una ocasión. Y campeón de la NCAA en 2012, mismo año que logró el oro olímpico, además de ser tres veces líder en tapones de la mejor Liga del mundo. Una que, sin embargo, no le concede cierto galardón. De forma bastante extraña, claro. Es así.

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