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PHILADELPHIA 76ERS

Se tensa al máximo la cuerda entre Harden y Sixers

James Harden se mantiene en su idea: no jugará más con los Sixers. El traspaso que quería, a los Clippers, se ha volatilizado.

James Harden (76ers).
Vaughn RidleyGetty

Los puentes que comunican con James Harden van cayendo. Los Sixers le han sacado del mercado después de no entenderse con el equipo -Los Angeles Clippers- les había dado como destino preferente para marcharse. Harden había aceptado estar un año más, acogiéndose a su opción de 35,6 millones de dólares, a cambio de que los de Philly le buscaran otro acomodo en la NBA. Daryl Morey, con el que James tiene una estrecha relación desde sus días en Houston, no ha podido hacerlo posible y ahora mantiene la esperanza de que el jugador llegue a la pretemporada y cambie su parecer para continuar luchando junto a Joel Embiid para ganar el título.

ESPN (Adrian Wojnarowski) fue la que se hizo eco de esta ruptura con los Clippers. The Athletic (Sam Amick) va más allá y aporta el lado del jugador: Harden “no tiene intención de jugar en Filadelfia”. Dos mazazos.

El californiano valoró firmemente antes de que finalizara el plazo de su opción de jugador terminar su contrato y buscar una opción siendo libre, pero le convencieron para seguir con su buen salario y atado a los Sixers para testar un año más su unión con Embiid. El flamante MVP y el barbudo escolta acabaron eliminados en las semifinales de la Conferencia Este por los Celtics. Hasta que llegue el inicio de la temporada 2023/24 no se sabrá con certeza cuáles serán los pasos de Harden, al que se espera para los amistosos de pretemporada en septiembre pero ya filtrando que su intención es la de abandonar el club en cuanto se presente la oportunidad.

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James Harden, de 33 años, va a traspaso por año. Primero, de los Rockets a los Nets. Después, de los Nets a los Sixers. Y ahora, a un nuevo equipo. Había dado varias directrices a Morey, poniendo por encima de todas a los Clippers que entrena Tyronn Lue. Las dudas que hay sobre la continuidad de la pareja estrella, Kawhi Leonard y Paul George, unido a que el jugador nació en Los Ángeles, hacía pensar que podía haber acuerdo. Las negociaciones han terminado sin que hubiera siquiera un acercamiento real y ahora los 76ers no tienen salida: faltan ofertas por Harden y que sean mínimamente satisfactorias para, según informan desde dentro, “no comprometer las opciones de lucha por la NBA”. Si no hay otro giro antes del training camp, allí explotará todo.

Y habla James Harden

Horas más tarde de conocerse públicamente esta problemática James Harden ha hablado. Y no ha sido para calmar las aguas. Durante un acto de Adidas en una gira por China (lugar en el que los Rockets, equipo del que fue el emblema varios años, son el equipo más famoso por el pasado allí del gigante Yao Ming; lugar también en el que la NBA permaneció vetada unos meses después de que fuera Daryl Morey el que originara un conflicto democrático al mandar su apoyo a la población oprimida de Hong Kong) esto es lo que, explícitamente, ha dicho Harden: “Daryl Morey es un mentiroso y nunca voy a ser parte de una franquicia en la que él esté”. Esta guerra contrasta con el extremo cariño que se han tenido durante sus carreras profesionales; no sólo en Houston, donde Morey pregonó que Harden le cambió la vida, sino también en una Filadelfia a la que se terminó llevando al jugador. Es la guerra.