NCAA | March Madness 2025

Gravísima lesión de JuJu Watkins

La súper estrella de USC se rompió el ligamento cruzado de la rodilla derecha en el partido de segunda ronda del March Madness contra Mississippi State.

JuJu Watkins, con mucho dolor tras la jugada en la que sufrió la lesión contra Mississippi State.
Juanma Rubio
Nació en Haro (La Rioja) en 1978. Se licenció en periodismo por la Universidad Pontificia de Salamanca. En 2006 llegó a AS a través de AS.com. Por entonces el baloncesto, sobre todo la NBA, ya era su gran pasión y pasó a trabajar en esta área en 2014. Poco después se convirtió en jefe de sección y en 2023 pasó a ser redactor jefe.
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JuJu Watkins, una de las nuevas súper estrellas del baloncesto femenino, frenó en seco en pleno March Madness. La jugadora de USC, de todavía 19 años, se rompió el ligamento de la rodilla derecha en el partido de segunda ronda de las Trojans contra Mississippi State. Lo siguiente será el inevitable paso por el quirófano y un largo proceso de recuperación para Watkins. USC, muy tocada por este golpe, jugará en el Sweet 16 contra Kansas State en lo que, en condiciones normales, podría haber sido la antesala de un partido ultra mediático, en el Elite 8, por un puesto en la Final Four: la USC de JuJu Watkins contra la UConn de Paige Bueckers, que se enfrentará antes, en el Sweet 16, a Oklahoma. El año pasado, ya se dio, con victoria para la UConn de Bueckers, ese duelo que ahora está especialmente en el aire, contra USC, en cuartos de final. Bueckers (ahora 23 años) acabó con 28 puntos y 6 asistencias y Watkins, con 29 y 10 rebotes.

USC ganó su partido de segunda ronda con una exhibición (96-59), pero Watkins solo pudo jugar cinco minutos y tuvo que ser retirada de la pista sin apoyar la pierna derecha después de una acción en la que recibió una falta, cuando penetraba con la bola, y la rodilla se movió de una forma que ya dejó muy malas sensaciones. Watkins cayó al suelo y, al momento, se llevó las manos a la articulación lesionada. La entrenadora de USC, Lindsay Gottlieb, dejó claro que habían sido momentos muy duros para todos. “Mentiría si dijera que no estaba temblando viendo a JuJu tirada en la pista, llorando. Los que estamos aquí somos humanos, y era mucho que digerir aunque obviamente intenté estar a la altura de lo que necesitaba el equipo”.

Kiki Iriafen asumió, sin Watkins, el liderazgo y acabó con 36 puntos en una victoria dedicada a su compañera lesionada: “No queríamos decepcionarla. Queríamos seguir en el baile, así que había que hacer lo que fuera para lograrlo. Demostramos nuestra dureza”. Después de la lesión, el ambiente quedó enrarecido, crispado. Mississippi State recibió abucheos en cada jugada, incluso su equipo de animadoras tuvo que escucharlos. La guard Jerkaila Jordan aseguró que entendía la situación: “Querían apoyar a su equipo, querían demostrar que estaban con Juju. Eso es algo que tenemos que respetar”. El partido también tuvo mucha tensión, a pesar de lo holgado del marcador, y los dos equipos tuvieron que ser separados durante el saludo final. “Ver lo enfadada que estaba la gente demuestra cuánto le ha dado JuJu a este pabellón, a esta universidad y a esta ciudad”.

En sus dos primeras temporadas en USC, Watkins ha anotado 1.709 puntos, a solo 54 del récord histórico (Kelsey Mitchell, 2014-16) en la Division I universitaria y por delante de los 1.662 de los dos primeros años (2020-22) de Caitlin Clark en Iowa. Aspira al premio de Jugadora Nacional del Año después de promediar, en este curso, 24,6 puntos, 7 rebotes y 3,5 asistencias para un equipo que firmó un 30-3 y llegó como cabeza de serie al torneo nacional. “Tenemos el corazón roto, pero quiero que esto sirva para que ella vea que lo que significa aquí para la gente va mucho más allá de su talento, de lo que hace en la pista. Eso es lo que de verdad la convierte en generacional, como ha implicado a todo el mundo”.

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Según el último convenio de la WNBA, que ahora se tiene que renegociar, Watkins (no cumple 20 años hasta el 15 de julio) no podrá presentarse al draft hasta 2027 (ya es la escandalosa número 1 para entonces, claro). Es considerara un fenómeno para el baloncesto femenino a la altura del que ha supuesto Caitlin Clark y con Bueckers como eslabón entre ambas. De hecho, ya es una gran figura mediática en el deporte estadounidense y sus derechos de imagen NIL, como deportista universitaria, están valorados en casi un millón de dólares. Ya tiene acuerdos muy importantes con Nike (desde sus años de instituto, de hecho), Fanatics, United Airlines, State Farm, Gatorade

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