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NBA | SPURS 110 - PELICANS 129

El “monstruo” Zion ataca de nuevo

Después de pasar un año en blanco, la estrella cada vez se parece más al jugador que prometía arrasar la NBA. Los Pelicans, terceros del Oeste. Los Spurs, seis derrotas seguidas.

Zion Williamson #1 of the New Orleans Pelicans reacts with Jose Alvardo #15 of the New Orleans Pelicans after he scored over a host of San Antonio Spurs defenders in the first half at AT&T Center on November 23, 2022 in San Antonio, Texas.
RONALD CORTESAFP

Hace tres años EEUU se paralizaba para ver los partidos de la Universidad de Duke. Allí jugaba un chaval con cuerpo de titán que se llevaba por delante todo lo que encontraba a su paso y al que muchos veían como el nuevo futuro dominador total de la NBA. Ese chico, Zion Williamson, ha comenzado su cuarta temporada en la liga. El tiempo pasa volando. Y se puede decir que de momento no ha hecho gran cosa. El primer año no debutó hasta el 45º partido y sólo jugó 24. El segundo, su mejor año hasta ahora de largo, participó en 61 encuentros, todos de titular, con medias de 27 puntos, 7,2 rebotes, 3,7 asistencias y un impresionante 62,2% en tiros de dos. Esa era la imagen ideal que nos habíamos hecho de él y que saltó por los aires la pasada campaña, su tercer curso en la NBA, en la que se quedó en blanco por una lesión en el pie. Un problema que despertó todos los fantasmas que le han acompañado a lo largo de su corta carrera: ese cuerpo imposible como punto fuerte en la pista, pero también como talón de Aquiles por el sobresfuerzo al que somete a su físico.

Aquello estuvo a punto de terminar muy mal. Incomunicación entre jugador y franquicia, desconocimiento del estado real del jugador, un contrato que renovar de por medio... Nadie sabía que esperar ya del otrora niño prodigio. Como siempre, el tiempo y el balón a puesto cada cosa en su sitio y Zion Williamson, esta vez parece que sí, está volviendo a ser el jugador decisivo, desequilibrante e inabordable que todos suponíamos. Esta noche, ante los San Antonio Spurs, ha mostrado su mejor cara. 32 puntos, 11 rebotes y un 14/18 en tiros, ha resultado absolutamente imparable para sus rivales. “ha sido un monstruo desde el principio al final”, comentaba su entrenador, Willie Green. Junto a Jonas Valanciunas, han dominado la pintura a su antojo, algo que debería ser norma en los partidos de los Pelicans. Aunque seguramente lo mejor y más sorprendente sobre Zion es que está empezando a demostrar ciertas dotes defensivas, algo que hasta ahora no era precisamente su fuerte. Ya en la anterior victoria ante los Warriors, en la que se quedó en 9 puntos, realizó un trabajo defensivo notable. “Defensivamente, estoy empezando a encontrar mis movimientos y sentir el juego. Estaba feliz por como jugué el último partido defensivamente”, recordaba el jugador sobre ese encuentro.

Los Pelicans, que se presentaban en la temporada como uno de los equipos más atractivos y con más capacidad de crecimiento, y que no siempre lo han demostrado en lo que llevamos de curso, están terceros del Oeste. No les costó mucho deshacerse de su rival de esta noche, que entraron en el partido sin acierto y necesitaron nueve lanzamientos para anotar su primera canasta en juego. Para entonces el marcador ya estaba 6-21 a favor de los visitantes. En el segundo cuarto repitieron jugada metiendo solo 4 puntos en los primeros cuatro minutos y medio. Con el partidos sentenciado jugaron los menos habituales, entre ellos Willy Hernangómez, que metió 3 puntos en 5 minutos. Los Pelicans dejaron a Keldon Johnson, máximo anotador de los Spurs durante la temporada, en 5 puntos. El escolta ha firmado sus tres peores anotaciones en los últimos tres partidos. El equipo texano, que empezó la temporada sorprendentemente bien, estilo Utah Jazz, está en caída libre. Ha perdido seis partidos seguidos, nueve de los últimos diez, y ya solo tiene por detrás en su conferencia a unos Rockets desastrosos la mayoría de días y a unos Lakers que tratan de reaccionar pero que solo les sale a medias. Se ve que en San Antonio nunca dejaron de pensar en Victor Wembanyama, aunque por un momento nos engañasen a todos.