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NBA | CONFERENCIA OESTE

Dos golpes sonados en California

Los Pistons sorprenden a unos Kings abucheados por su público y los Pelicans ganan a unos Clippers que empezaron la noche como líderes del Oeste.

Actualizado a
Dos golpes sonados en California
THEARON W. HENDERSONAFP

Las cosas no van como el año pasado en Sacramento Kings, las sensaciones no son las mismas aunque el balance de victorias no ha cambiado: ahora es un 29-21, exactamente el mismo que hace un año tras 50 partidos de la feliz temporada 2022-23, la del regreso a playoffs después de una eternidad. Pero, claro, ya se sabe: lo que no avanza, retrocede. Y los Kings no han crecido, no son más que el año pasado y ya no vale (se daba por supuesto) con estar en el baile, meterse en playoffs y a ver que pasa. Y menos cuando en el Oeste emergen nuevas jerarquías, con equipos como Thunder y Timberwolves empujando fuerte. Los Kings tienen la obligación de subirse a ese tren para no volver a la irrelevancia. Y, en un año en el que se decidió apostar por lo que había funcionado sin moverse en el último mercado veraniego, la temperatura es más tibia. Especialmente después de derrotas como esta última, en casa contra Detroit Pistons: 120-133 entre abucheos.

Y estos son, además, los próximos nueve partidos de los californiandos: tres contra los Nuggets y uno contra Suns, Clippers, Heat, Thunder, Timberwolves y (el más sencillo) Spurs. Para los optimistas, una ocasión perfecta para meter el turbo. Para los pesimistas… glups.

Los Pistons ya no son el hazmerreir de hace semanas, cuando firmaron la peor racha de derrotas de la historia de la NBA. Es un bloque que compite mejor y ha encontrado fórmulas contra las que antes se chocaba, sin verlas, Monty Williams. Pero sigue siendo un equipo que llevaba solo seis victorias (ahora 7-43) y que apenas había ganado dos partidos a domicilio (ahora, 3-20). Y jugaba sin sus dos mejores anotadores, Cade Cunningham y un Bojan Bogdanovic que podría salir esta noche, en la última jornada de mercado. Así que no hay excusa para unos Kings sin chispa, que caen a zona de play in del Oeste y que, es un asunto recurrente esta temporada, tuvieron fases del partido absolutamente letárgicas, de una desconexión defensiva que lo fía todo a un ataque al que le falta, muchas noches, esa excelencia que alcanzaba con más regularidad el pasado curso.

Los Pistons cerraron el primer tiempo con un 5-17 que les dio un +7 (63-70) y su mayor anotación de la temporada en una primera parte. Después, se llegó a un 72-87, con el público boquiabierto, antes de que los Kings decidieran ponerse a jugar: 99-97 al final del tercer cuarto. Tras esa reacción que parecía encauzar las cosas, fue todavía más sorprendente un último cuarto en el que los Pistons destrozaron (21-36) a unos Kings lentos, afectados por la falta de ritmo de De’Aaron Fox (12 puntos, 14 tiros) y en los que Domantas Sabonis acabó en 30+12+7 pero solo jugó a su mejor nivel en el tercer parcial. Un desastre en el que fueron transparentes Harrison Barnes (como tantas veces) y un Keegan Murray demasiado irregular; y que no arreglaron desde el banquillo Lyles (19 puntos, 13 en la primera parte) y Monk (23+5+10).

En los Pistons, y en una de las mejores victorias de una temporada tan sufrida, partidazo colosal de Jaden Ivey (21 años), al mando de las operaciones sin Cunningham: 37 puntos (13/23 en tiros), 6 rebotes y 7 asistencias. Y labor fundamental de Jalen Duren (20 años) en las zonas: 20 puntos, 15 rebotes, 6 asistencias. Además, gran trabajo defensivo de Ausar Thompson (21 años) y puntos de Marcus Sasser (23 años): 18 desde el banquillo para acompañar a los 25 de Alec Burks. Entre los dos, siete triples.

Los Pelicans paran en seco a los Clippers

Otra sorpresa en California: los Clippers, que salieron a jugar como líderes del Oeste, algo que nunca habían podido decir con una temporada tan avanzada en el calendario, se estrellaron (106-117) contra la mejor versión de los Pelicans, la que es capaz de ganar a cualquiera pero que no siempre aparece. Para los angelinos, era el regreso a casa después de una brillante gira (6-1) de siete encuentros a domicilio. Y era el octavo partido en trece días. Factores que sin duda explican parte del pobre rendimiento de un equipo que perdió solo por sexta vez (26-6) desde el 1 de diciembre, y que queda en 34-16 dentro de un colapso absoluto en la cabeza del Oeste: en 34-16, tienen las mismas derrotas y solo una victoria menos que Thunder, Wolves y Nuggets (35-16 los tres).

Así que en una noche los Clippers pasaron de líderes a cuartos de Conferencia, un traspiés explicado por la mala actuación de Paul George (falló sus nueve primeros tiros y acabó con un 3/15, solo 7 puntos y 0/8 en triples) y la poca energía de Kawhi Leonard (racheado: 15 puntos) o Russell Westbrook. James Harden (19+8+5, 5/6 en triples) dirigió mil intentos de remontada, una noche eterna haciendo la goma después de un nefasto primer cuarto (19-36).

Pero esta vez la caza no se consumó y los Pelicans resistieron todo, cada golpe de su rival, gracias a los puntos de CJ McCollum (25) y Zion Williamson (21 con problemas en un pie). Trece puntos cada uno en el último cuarto, el primero a base de triples y el segundo abriendo vías de agua en la defensa interior de unos Clippers cansados. Con el trabajo de Herb Jones, Trey Murphy, Dyson Daniels y compañía se completó una gran victoria de los de Louisiana, que igualan con cuatro su mejor racha de victorias de la temporada y salen de la zona play in del Oeste: 30-21, ahora sextos, empatados con el quinto (Phoenix Suns).