Del cementerio a los Lakers
Los Lakers completan su rotación definitiva para la nueva temporada con el alero Matt Ryan, que se ha ganado ese sitio por su buena muñeca.
Los Lakers ya tiene su roster de inicio de curso, los 15 jugadores con los que pondrán en marcha una temporada 2022-23 que inician en San Francisco, en la noche del martes contra los Warriors. Allí serán testigos de la fiesta del alzado de la bandera de campeones, la cuarta en ocho años, de Stephen Curry y compañía, un logro que vivieron los angelinos hace menos de dos años, antes de que empezaran a dar vueltas y vueltas sin suerte a cómo remozar ese proyecto que se llevó el título en la burbuja de Florida.
Con nuevo entrenador, el prometedor Darvin Ham, y sin arreglar el nulo encaje de Russell Westbrook, que sigue en el equipo aunque fuera una opción a priori improbable cuando acabó la pasada temporada, los Lakers generan muchas dudas sobre sus opciones de volver a construir un equipo ganador con LeBron James y Anthony Davis como referentes. En ese equipo que va a iniciar la competición, el puesto número 15, la última plaza en la rotación activa, se la ha quedado el alero de 25 años Matt Ryan, que fue fichado para realizar el training camp junto a Dwyane Bacon. Este último, que jugó una gran temporada en Euroliga con el Mónaco, fue cortado y tiene muchas papeletas para regresar a Europa. Ryan ha conseguido quedarse en L.A. por ahora. Tendrá un contrato mínimo que rondará los 1,6 millones y que no estará totalmente garantizado hasta enero. Para los Lakers, supone además unos 60.000 dólares extra en impuesto.
Ryan mide 2,01, tiene ya 25 años y ha cumplido un sueño porque hace un año y medio estaba totalmente fuera de la esfera NBA. Pero su 37,5% en triples en pretemporada le ha hecho valioso en un equipo que sigue necesitando (un asunto ya perpetuo en los Lakers) tiradores. En el único triunfo de su nuevo equipo en pretemporada, precisamente contra los Warriors, anotó 20 puntos con un 6/9 desde la línea de tres. A partir de ahí, Ham le dio más minutos y, sobre todo, se los dio antes, una prueba de que valoraba su entrada en el grupo definitivo de jugadores con los que trabajará. Y, quizá, una prueba también de que la lesión del alero Troy Brown Jr, uno de los fichajes de los Lakers esta temporada pero que todavía no ha debutado, va peor de lo previsto.
Ryan es un tirador que pasó por tres universidades (2015-20) y solo brilló en su año senior, el último, en Chattanooga (15,4 puntos y casi 5 rebotes con un 35,9% en triples). En instituto sí había parecido una estrella en ciernes y fue elegido Mr Basketball en Nueva York, su estado natal. Tras no ser drafteado en 2020, tuvo que esperar hasta 2021 para recibir la llamada de los Cavaliers, con los que jugó la Summer League. Después firmó con los Nuggets, donde estuvo dos semanas antes del inicio de la temporada, momento en el que pasó al equipo de G-League Grand Rapids Gold. En febrero de este año firmó un contrato de tipo two-way con los Celtics, el equipo con el que ha jugado, hasta ahora, sus únicos cinco minutos en la NBA (anotó 3 puntos, el 10 de abril).
Antes de ese periplo para buscar sus opciones en la gran Liga, antes de la Summer League 2021 y la G-League, estuvo trabajando, después de no haber recibido invitaciones siquiera para la anterior G-League, en el cementerio que regenta su abuelo y también como repartidor de comida para DoorDash. Entonces parecía muy difícil que al final de ese camino pudieran estar esperando los Lakers. Ahora, y gracias a su trabajo, está ante la gran oportunidad de su vida.
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