Kevon Looney, de una neuropatía a dominar la zona

El 13 de abril, la cosa cambió para los Warriors. Draymond Green y Stephen Curry hablaron con Mike Brown y fueron tajantes: había que ganar el rebote y, para ello, Kevon Looney debía ser titular. La derrota por 39 puntos en el quinto partido de las semifinales de Conferencia Oeste ante los Grizzlies obligaba a hacer cambios. Y la paliza recibida en el rebote (55-37), también. Steve Kerr vio desde casa dicho ajuste (tenía coronavirus), y le debió parecer bien, pues Looney se fue a 4 puntos, 22 rebotes y 5 asistencias... y los Warriors atraparon un total de 70 rechaces. Y Looney, que promediaba poco más de 14 minutos por noche en playoffs, pasó a 26,7 y se estableció como pívot titular del equipo hasta que Kerr decidió ajustar con Otto Porter de inicio en el cuarto partido de las Finales ante los Celtics. Pero sin dejar de contar con Looney, claro.

Looney tiene solo 26 años, pero es toda una institución en la franquicia a pesar de haber estado siempre en un segundo plano. Llegó a la NBA en 2015, solo unos meses después de que los Warriors conquistaran el primer anillo de la última gran dinastía de la mejor Liga del mundo. Desde entonces, cuatro Finales consecutivas y dos títulos (2017 y 2018), tres enfrentamientos ante los Cavs y uno ante los Raptors. Y una serie de virtudes que Steve Kerr valora en demasía a pesar de que Looney es un jugador que jamás ha promediado más de 6,3 puntos en una regular season y que, hasta este curso, no había pasado de los 5,3 rebotes a pesar de medir 2,06 y tener una gran fortaleza física.

Nacido en Milwaukee un 6 de febrero de 1996, Looney disputó un año con los Bruins de la Universidad de California en Los Ángeles antes de poner rumbo a la NBA, renunciando así a los tres años restantes de formación que le quedaban. Fue elegido en el puesto 30 de la primera ronda ante los Warriors y participó de forma discreta en el histórico 73-9 de ese curso: apenas 5 partidos disputados, ninguno de ellos en playoffs. La ganas de conseguir el récord y la competitividad interior (Speights, Varejao, Ezeli, Draymond, Bogut...) impidieron a Looney tener más oportunidades. El año siguiente se fue hasta 53 partidos, aunque tampoco debutó en playoffs. En 2018 vio la luz y participó en la totalidad de la fase final y de lleno en su segundo anillo consecutivo. Las cosas empezaban a carburar.

En 2019 saltaron las alarmas: en octubre de ese año, ya sin Kevin Durant en el equipo y la plantilla desmadejada (lesiones de Curry, Draymond...), diagnosticaron a Looney una neuropatía. Patología que afecta a los nervios, perjudicó notablemente a una de las piernas del pívot, que apenas disputó 20 partidos esa temporada, avanzando hasta 61 en la siguiente, en la que los Warriors cayeron en el play-in ante los Grizzlies. Tras mucho tratamiento, Looney dejó de convivir permanentemente con el dolor, empezó a ejercitarse de forma distinta y a volver a desarrollar un gran salto vertical, así como a mejorar el uso de unas manos que parecen imanes a la hora de atrapar balones.

La 2021-22 ha sido la temporada de Looney: 6 puntos y 7,3 rebotes en algo más de 21 minutos de juego, el tope de su carrera. Y, tras muchos problemas físicos y una neuropatía, ha disputado los 82 partidos de regular season, 80 como titular. Se ha convertido en una pieza fundamental en playoffs, en uno de esos jugadores que más tiempo lleva en la dinastía junto al trío dinámico, Andre Iguodala al margen, en un defensor sólido que además atrapa varios rebotes ofensivos, da segundas oportunidades a su equipo, y sabe pasar. Promedia en torno a 8 puntos y 10 rebotes desde ese encuentro ante los Grizzlies en el que dio el salto a la titularidad, ha superado la barrera de los 10 rebotes en 5 ocasiones y la de los 20, en una. Y se ha consolidado en el esquema de juego de un equipo que roza un anillo, el tercero para él si finalmente sale ganador. Y ahora, la parte mala para los Warriors: Looney acaba el contrato que firmó en 2019 por 3 temporadas y casi 15 millones de dólares. Los Warriors son el equipo que más gasta en salarios y que más paga en impuesto de lujo. ¿Le renovarán? Su caché ha subido y pedirá dinero. Solo falta por ver cuánto. Será una pieza codiciada y muchos equipos pujarán por él. Ahí está la gran duda. En su futuro. Veremos.