El invicto Real Madrid
El Real Madrid estuvo el domingo más cerca que nunca de perder un partido en la Liga ACB. Pero ganó: 84-87 al Bilbao. No es, sin embargo, su resultado más estrecho de la temporada. En la quinta jornada de la Euroliga sufrió ante el Barça. Pero ganó por la mínima: 65-64. El Madrid sigue invicto en 17 partidos, lo que incluye la conquista de un título, la Supercopa, en el arranque del curso. Si quieren contar el amistoso ante Dallas, ya serían 18. Todavía está lejos de las 31 victorias consecutivas que firmó entre octubre de 2013 y enero de 2014, pero nadie piensa en una nueva plusmarca, entre otras cosas porque el sistema de juego actual en Europa enfrenta a los mejores en un todos contra todos donde es difícil no perder alguna vez. Antes o después, el Madrid caerá. Y no pasará nada, porque los títulos gordos no se resuelven hasta primavera. Así que, en lugar de quedarnos con la colección de números, hay que fijarse en las sensaciones.
Este Madrid es más sólido y está más equilibrado que la pasada campaña. Mantiene lo mejor de entonces, pero ha incorporado a Campazzo, que es la clave de que la maquinaria funcione. El salto de calidad. Su conexión con Tavares es letal. Y si añadimos a Deck, el tridente está completo. Son los tres jugadores más determinantes, aunque es habitual que otros se cuelen en la fiesta: Poirier, Musa, Hezonja, Yabusele… o incluso Causeur. Si a estos pilares agregamos un aderezo de veteranía, con Llull, el Chacho y Rudy, tenemos el edificio completo. No sabemos hasta cuándo seguirán invictos los de Chus Mateo. Esta semana hay triple cita con Valencia, Mónaco y Unicaja, para plantarse en un 20-0. Y tampoco si conservarán este nivel cuando los trofeos estén calientes. Pero la sensación, que era de lo que escribía, es que este Madrid ya no tiene que depender tanto del coraje y del milagro, como en los dos últimos cursos. Ahora es un señor equipo.
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