El Barça saca los colores al Girona

Hay días que no te sale nada y días que te sale todo. Y no es que el Barça jugara un partido excepcional, sí muy bueno, pero es que el del Girona fue calamitoso. Una tarde para olvidar, donde perdieron en todos y cada uno de los aspectos del juego. Eric Vila fue el único que dio el tono en un encuentro ya decidido antes del descanso. La fragilidad defensiva de los visitantes, la inferioridad física y los malos porcentajes les condenaron. También las pérdidas. El Barça muy muy cómodo desde el inicio, jugó a placer. Sin ningún ánimo de menospreciar al Girona, fue casi como un amistoso en el que destacó Brizuela.

El principal problema del Girona en el Palau fue la defensa. Incapaces de frenar al Barça, muy por detrás del nivel de su rival, fueron siempre a remolque en el marcador. El menor nivel defensivo tuvo un claro causante, la diferencia física, y una terrible consecuencia. Ya en el segundo cuarto, los azulgranas iban 17 arriba en el marcador. Los gerundenses trataron siempre de correr, pero no lo consiguieron, y fueron avasallados por dentro por el Barça. Willy, seguramente el más destacado de la primera mitad, recibió cinco faltas en diez minutos.

Es cierto que el Girona tuvo algún fogonazo para acercarse, dos triples consecutivos o cinco puntos seguidos de Sergi Martínez, pero nunca se acercó lo suficiente para incomodar al Barça. Ni en el electrónico ni en el parqué. Brizuela apareció en el segundo período para sumar muchos puntos (13) y disparar a su equipo ya antes del descanso. Fue una primera mitad muy plácida para el Barça en la que siempre encontró tiros sencillos (51-37).

Las canastas fáciles se sucedieron, ahora, con Abrines de protagonista. No había jugado ni un minuto en toda la primera parte, salió de inicio tras el descanso y metió cuatro triples. El parón no le sirvió a Girona para mejorar atrás, lo que auguraba un marcador de escándalo. El Barça estaba ya en 63 puntos con 18 minutos por jugarse. Y la sensación de que el Girona había tirado la toalla. Blandos atrás, perdiendo balones arriba y con un balance defensivo deficiente. Parcial de 14-0, 70-41 en el marcador y el partido decidido.

Evidentemente el resto del partido fue un trámite para el Barça, un calvario para el Girona, donde la única incógnita era saber el marcador final. Un festival de los ataques, nada de defensa, hasta el 115-78 final.

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