Exhibición del Joventut para asaltar el Palau y poner el 1-1

En poco más de un día, el Joventut cambió completamente respecto al primer partido. No respecto a lo que ha hecho durante toda la temporada, sino que precisamente fue fiel a un estilo que les ha llevado a ser uno de los cuatro mejores equipos de la competición. Con una defensa de altísimo nivel, los verdinegros no solo apagaron las luces del Barça sinó que fueron un torbellino en ataque. Feliz, Parra y sobre todo Tomic generaron un problema de enormes proporciones para un Barça que no paró de perder balones a lo largo de todo el encuentro. Siempre a remolque, los azulgranas trataron de arreglar el desaguisado en los últimos minutos pero ya era tarde. La serie viaja al Olímpic empatada.

La Penya, mucho más intensa en defensa que en el primer duelo, consiguió robar y correr, algo que les brindó la primera ventaja en el marcador. Feliz, cómodo durante toda la primera parte, penetró como quiso y fue un problema para un Barça que rápidamente se cargó de faltas. Tomic, emparejado con Davies, mejoró notablemente a Birgander.

La excelente defensa visitante obligó a Jasikevicius a buscar soluciones y no tardó en encontrarlas. De hecho, su primera apuesta fue la ganadora. Entró Exum, que con dos triples y unos minutos excelentes, dio la vuelta al marcador. También Abrines, muy acertado desde fuera, firmando los azulgranas un parcial de 13-3. Al término del primer cuarto la igualdad era máxima (27-27) porque la Penya seguía defendiendo muy bien. Y anotando desde fuera.

En el segundo la dinámica se mantuvo. El tiro exterior de ambos fue importante mientras que la capacidad de la Penya para robar y correr les puso por delante. Ocho balones perdieron los azulgranas, uno el Joventut, en una lucha desigual. No estaba cómodo el Barça pese a que sumó más rebotes. No tenía malos porcentajes, pero la sensación general era que la Penya tenía el partido donde quería. O por lo menos mucho más cerca que el primero de la serie (40-42).

Con un Feliz espléndido y Birgander ahora sí anotando, la Penya logró la máxima del partido 42-50. El base caribeño penetró y dobló, aceleró el partido y complicó mucho la vida a un Barça con un quinteto grande. Y apareció Parra. Desde el triple, robando, penetrando… En un derroche de acierto y energía puso a la Penya muy por delante (44-56). Entre Bassas y Tomic acabaron de apuntalar la ventaja. Los locales, simplemente, fueron incapaces de frenar el ataque verdinegro (53-65). Fue el peor momento de los azulgranas.

Saltó bien al parqué el Barça en el último cuarto, reduciendo la ventaja rápidamente por debajo de los diez puntos (62-70). El factor ambiental, con un Palau encendido, empezó a notarse. Pero la dirección de Calathes fue muy deficiente. En un partido pobre en la dirección (no tan malo en anotación), no paró de perder balones. Y el Joventut lo aprovechó (64-77 a cinco del final).

No se rindió el Barça, que llegó por momentos a parecer que podía tener alguna opción en el partido. Fueron los últimos los mejores minutos de los azulgranas, pero estos llegaron demasiado tarde. Y ni así pudieron reducir demasiado la diferencia, pues el Joventut no dejó de pelear, correr y anotar. Ahora, los de Jasikevicius, están obligados a ganar en Badalona. Y eso no es nada sencillo.