Nikola Mirotic, examen final
La estrella del Barcelona afronta su quinta Final Four con la necesidad de redimirse de sus anteriores actuaciones. La Euroliga, el gran título que le falta.
La Final Four de la Euroliga ya está aquí. El momento del año, el día D y la hora H. Los días de la verdad. En dos días se juegan dos partidos, aunque para dos equipos el segundo tendrá poco sentido. El tercer puesto en su premio menos para cuatro entidades que son proyectos que tienen el título en la cabeza. Real Madrid, Barcelona, Olympiacos y Efes se jugarán el premio más grande tras una temporada llena de infortunios por la pandemia del coronavirus y la situación de los equipos rusos, expulsados de la competición tras la invasión de Vladimir Putin a Ucrania. Todo eso ha influido en una clasificación final que han liderado los azulgrana, que necesitaron cinco duros partidos para deshacerse del Bayern. El Olympiacos necesitó lo mismo para acabar con el Mónaco. El Efes dio un clínic ante el Milán en cuatro. Y el Real Madrid, que parecía que llegaba en mal momento, lo resolvió todo porla vía rápida ante el Maccabi con un inapenable 3-0.
En el momento de la verdad no valen errores, ni fallos, ni dudas. Solo ganar. Hay cuatro equipos a dos victorias del título. Sería el tercero del Madrid en la última década, el undécimo a lo larg de su larga historia. Será en la segunda semifinal la que jugarán contra el Barça, un Clásico por todo lo alto que dominan los azulgrana en el cómputo general desde la llegada de Sarunas Jasikevicius... pero en la que tendrán que sudar para superar a los de Pablo Laso, que se las saben todas. Es la séptima Final Four en nueve participaciones para el ya mítico entenador, que además cuenta con dos títulos y cuatro finales. El mismo bagaje que Rudy Fernández. Sergio Llull, que disputó también la de 2011, lleva ocho en 11 participaciones. Un equipo histórico.
A ese equipo, su exequipo, se enfrenta Nikola Mirotic en el mayor de sus exámenes. Será el jueves 19 de mayo a las 21:00 en Belgrado. Antes, a las 18:00, Efes y Olympiacos se jugarán el otro puesto en la final. Y si bien Ergin Ataman ha avisado al Barça de una nueva victoria en una hipotética final que repetiría la del año pasado, todas las miradas están puestas en, de momento, el partido del jueves. El Barça llega regular, el Real Madrid con un 3-0 en cuartos. Pero Jasikevicius ha dominado a Laso durante todo el curso, solo ha caído en una final de Supercopa de España a inicios de curso de la que ya nadie se acuerda, pero en la que manejó ventajas superiores a los 15 puntos y se ha impuesto en una final de Copa del Rey que el Madrid planteó desde la defensa y la dureza, pero en la que también acabó cayendo. Y Mirotic se verá las caras con el equipo del que salió mal y que cambió, previo paso por la NBA, por el eterno rival, un Barça del que es la gran estrella.
La prueba de fuego de Mirotic
Nikola Mirotic también tiene un buen currículum en la Final Four, por mucho que no iguale al de Rudy y Llull o, en otro orden de cosas, de un Kostas Sloukas que buscará su séptima final y su cuarto título en Belgrado. La estrella del Barça ha llegado a la Final Four en cinco ocasiones: en 2011, justo antes de la llegada de Laso (una temporada en la que estaba Ettore Messina hasta que fue cesado y sustituido por Emanuele Molin), en 2013, en 2014 y en 2021. Solo la última de estas ocasiones ha sido con el Barça, equipo con el que repite este año. Mirotic es el puntal, el hombre clave de Jasikevicius, la joya de la corona del proyecto de Joan Laporta, Juan Carlos Navarro y el propio Saras. El hombre que tiene que aparecer, que emerger en el momento clave. Y que tiene que quitarse así la barrera mental que siempre ha ejercido en estas situaciones, una que le ha impedido conseguir el título en la máxima competición continental. Uno de los pocos trofeos que faltan en sus vitrinas.
En 2011, Mirotic no pudo hacer nada ante el Maccabi en semifinales: 0 puntos y solo 2 tiros intentados en más de 13 minutos, para un partido que el Madrid perdió de 19 puntos (82-63). Las cosas no fueron mejores en el tercer y cuarto puesto: 6 puntos y 6 rebotes en 25 minutos y otra derrota, esta vez de 18 (62-80). La oportunidad de 2013 no fue mejor: 6 puntos ante el Barça en semifinales (victoria blanca por 67-74) y 7 en la derrota ante el Olympiacos en la final (100-88). En ambos partidos superó la veintena de puntos. Se excusó entonces a Mirotic por su corta edad (20 años en la primera Final Four y 22 en la segunda), pero también se le exigió que diera un paso al frente. En su precocidad, demostraba una calidad inusitada que le colocaba ente los mejores jugadores de Europa y una de las promesas del futuro. Y su nombre sonaba para la NBA. El mundo era suyo.
La derrota más dolorosa fue la final de 2014, ante el Maccabi. Las semifinales fueron buenas y el Madrid arrolló al Barça (100-62) con un buen papel de Mirotic, que se fue a 19 puntos y 4 rebotes. Sus 12 puntos y 7 rebotes en 27 minutos supieron a poco al equipo de Pablo Laso, que llegó a manejar ventajas superiores a la decena para venirse abajo, primero en la recta final del encuentro, y luego en la prórroga. Alexander Tyus (12 tantos y 11 rebotes), Devin Smith (15+7) y, sobre todo, Tyrese Rice (26+4+2) dejaron al Real Madrid sin el sueño de la novena y acabaron ganando por 98-86. Y Mirotic salió por la puerta de atrás rumbo a la NBA, donde jugó primero para los Bulls (junto a Pau Gasol) y luego para los Pelicans, tuvo buenas sensaciones y un gran papel en determinados momentos. Pero también fue desde Estados Unidos donde observó como, al otro lado del charco, el Real Madrid ganaba lo que con él nunca había conseguido: la Euroliga en 2015 ante el Olympiacos (78-59), la tercera final consecutiva y la venganza ante el rival que les había eliminado en 2013. Y la de 2018 ante el Fenerbahçe del gran Zeljko Obradovic (85-80). La décima.
Mirotic necesita la redención, la reivindicación. El triunfo en aquel lugar en el que volvió a fracasar el año pasado, ante un Efes que le maniató y ante el que no fue decisivo. Ante el Milán en semifinales consiguió 21 puntos y 6 rebotes antes de ver como Cory Higgins logró el tiro ganador (84-82). Pero en la final apenas llegó a los 11, con 9 rebotes, 3 de 7 en tiros de dos y 1 de 5 en triples. Al final, 86-81, tercera derrota en una final, cuarta en una Final Four. Y nueva decepción en el momento de la verdad. Por eso, por todo eso, es el gran momento de Nikola Mirotic. El de la verdad. Tres días en los que jugará dos partidos. El primero ante su exequipo. El segundo, ante un equipo que, sea cuál sea, ya ha visto en una final, ya sea en 2013 (derrota ante el Olympiacos) o en 2021 (contra el Efes). Y, en medio de todo eso, Nikola Mirotic tendrá que enfrentarse al mayor rival que ha tenido todos estos años, en una carrera espectacular que puede redondear con el MVP de la temporada en la Euroliga y quién sabe, si también con la Euroliga. Y ese rival no es el Real Madrid, ni el Olympiacos, ni el Efes. Es él mismo.