NBA | SIXERS 90 - HEAT 99

Embiid carga contra Harden: "Ya no volverá a ser el de Houston"

El pívot de los Sixers, Joel Embiid, no habló bien de Harden en rueda de prensa y alabó a Jimmy Butler: "Todavía no sé por qué le dejamos marchar".

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En esta ocasión, no se le puede reprochar nada a Joel Embiid. El pívot lo ha dado todo, ha luchado contra viento y marea y ha jugado cuatro partidos ante los Heat con una fractura en la cara y un pulgar destrozado. Ataviado con una máscara que le dificultaba la respiración y la visión, se ha visto sufrir mucho al camerunés, que se tocaba permanentemente el rostro, se subía la careta cada vez que lanzaba tiros libres y pedía toallas de forma desmedida para secarse el sudor y aprovechar para tomar aire. En determinados momentos de la serie, su aparición en el ataque del equipo ha sido mínima, quedándose en una esquina, y su poder de intimidación, aunque importante, ha disminuido de forma considerable.

Eso sí, la llegada de Embiid dio un vuelco a la serie, que pasó del 2-0 al 2-2 y hizo sembrar la duda en el equipo de Miami. Los Heat han acabado prevaleciendo, pero la sola presencia del icónico pívot, segundo en las votaciones para el MVP de la temporada por segundo año consecutivo (en ambas ocasiones detrás de Nikola Jokic), bastó para que se sembrara la duda en la eliminatoria. En temporada regular, la estrella promedió 30,6 puntos (líder de la NBA), 11,7 rebotes y 4,2 asistencias, además de conseguir 46 dobles-dobles. En primera ronda ante los Raptors se fue a 26,2+11,3 antes de recibir el duro golpe de Pascal Siakam. Y en los cuatro partidos de semifinales ha conseguido un 18+11, un 24+11, un discreto 17+5 en el partido del golpe involuntario de Dwayne Dedmon y, en el sexto asalto, 20+12 con un pobre 7 de 24 en tiros.

Embiid debe considerar que su esfuerzo ha sido suficiente a pesar de rehuir el contacto por miedo a lesiones o de no luchar por el rebote por si el contacto empeoraba todavía más su estado físico, algo legítimamente lógico. Y ha decidido no callarse en rueda de prensa, hablar claro y alto de un proyecto que pende de un hilo y mostrar su desconcierto ante la salida de Jimmy Butler del equipo en 2019: "Todavía no sé por qué le dejamos marchar". Ese año, los Sixers cayeron en el séptimo partido en Toronto con el famoso tiro ganador de Kawhi Leonard, la ocasión en la que mejor han jugado y más cerca han estado de esas finales de Conferencia que la franquicia no pisa desde 2001. Pero, en lugar de luchar por Butler, la directiva ofreció el máximo a Tobias Harris, un buen jugador. Aunque no tan bueno para cobrar, claro, 180 millones de dólares en cinco temporadas.

Eso sí, Embiid no se ha quedado solo en el añorado recuerdo de Jimmy Butler, también ha hablado de su compañeros James Harden. Su traspaso por Ben Simmons fue controvertido y a la postre ha sido un fracaso, con un malísimo papel del escolta en la serie ante los Heat, solo 11 tiros intentados en el sexto partido (0 puntos en la segunda mitad) y una temporada que, en global, ha sido bastante mala tras su salida por la puerta de atrás de los Nets, una situación similar a la que ya sufrió (o provocó, según se mire), en los Rockets.

"Obviamente, estoy seguro de que desde que nos hicimos con sus servicios, todos esperábamos al James Harden de Houston, pero ya no va a volver a ser ese jugador. Es más un creador de juego. A veces pienso, igual que todo el mundo, que podría haber sido más agresivo". Palabras que va educadamente, eso sí, contra su compañero de equipo, del que no ha recibido toda la ayuda que esperaba a pesar de las circunstancias y de que su aportación no podía ser la deseada y era el momento de que Harden diera un paso al frente. Desde luego, va a ser complicado que la asociación entre Embiid, Harden y Doc Rivers (que también sale muy mal parado de esta derrota) se repita la temporada que viene. Alguno de los tres podría salir, y la millonaria renovación que va a pedir Harden (47 millones el año que viene antes de salir a la agencia libre) no va a ayudar a que la química, ya resquebrajada (como en todos los sitios en los que ha estado), mejore. Los fracasos exigen responsabilidades. Y esto, por lesiones o por jugadores que no han estado a la altura, lo ha sido. Y rotundo.