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CLEVELAND CAVALIERS

Garland, nuevo rey de Cleveland

El base, que ya es all star, habla en GQ sobre su futuro antes de un verano en el que firmará una extensión máxima por más de 181 millones de dólares con la franqucia de Ohio.

Garland, nuevo rey de Cleveland
David RichardUSA TODAY Sports

Cleveland Cavaliers acabó la temporada con derrota en el play-in. Un final nada vistoso para lo que había sido un curso excelente en Ohio, uno en el que la franquicia fue la revelación del primer tramo de curso antes de sufrir una plaga bíblica de lesiones. La temporada 1997-98, que se dice pronto, había sido la última en la que los Cavs habían conseguido un balance por encima del 50% de victorias y un billete para playoffs sin LeBron James en sus filas. Finalmente consiguieron lo primero (44-38) pero, lastrados por las bajas, cayeron hasta la zona de play-in y no pudieron ahí con Brooklyn Nets y Atlanta Hawks.

La temporada, sin embargo, fue un gran éxito porque los Cavs encontraron la fórmula de la reconstrucción. El entrenador J.B. Bickerstaff planteó un baloncesto a contraestilo, de gigantes. Con tres interiores juntos en el quinteto inicial: Lauri Markkanen, Evan Mobley y Jarrett Allen. El segundo jugó a un nivel sensacional como rookie y el tercero se ganó el billete para el All-Star jugado, precisamente, en Cleveland. También el base Darius Garland (22 años) que explotó en proyecto de superestrella: 21,7 puntos y 8,6 asistencias de media con un 38% en triples. Y eso que se llevó los suyo con la lesiones y le faltó compañía en el juego exterior. Primero cayó para toda la temporada Collin Sexton y después fue Ricky Rubio el que sufrió una grave lesión de rodilla. El español fue traspasado a Indiana Pacers en la operación que llevó a Cleveland a Caris LeVert, que rindió por debajo de lo esperado.

Ahora, los Cavs tienen que tomar decisiones: Garland se va a llevar seguro una extensión máxima de su contrato rookie (fue número 5 del draft en 2019): más de 181 millones de dólares por cinco años para el nuevo rostro de la franquicia. Sexton y LeVert estarán en el mercado, y hay fuertes rumores de que, como agente libre, Ricky podría volver a Cleveland con un nuevo contrato para ejercer, otra vez, de veterano estabilizador.

La labor del base de El Masnou (31 años) fue destacadísimo y el propio Garland le nombra siempre que tiene ocasión como una presencia muy importante en su crecimiento. Lo ha vuelto a hacer en un reportaje especial que ha realizado para la revista GQ: “Con el entrenador Bickerstaff hablaba cada día sobre liderazgo. Ya en mi segundo año me dijo que este era mi equipo, que las llaves del coche eran mías y que tenía que conducirlo. Era el más joven del equipo pero tenía que ser el que más vocal, el que hablara más y el mejor siempre en la pista. El primero en llegar y el último en irme. Yo no soy muy hablador, así que intento liderar con mis actos. Jugar siempre duro, no pasarme le rato pegando gritos. Al principio era difícil. Tenía que dar órdenes a un tío de 36 años que ha sido campeón como Kevin Love. De él aprendí mucho sobre liderazgo. También de Tristan Thompson y este año de Rajon Rondo y Ricky Rubio. Ver vídeos de los partidos, ver dónde hay que dar la bola a cada jugador, cuándo hay que intentar anotar… ”.

Dos bases veteranos como Rondo y Ricky, de hecho, han ayudado mucho a Garland a expandir su visión como director de juego: “Con Rondo he aprendido la parte mental del baloncesto. Veíamos vídeos de partidos todo el rato: en los aviones, en los hoteles, durante las comidas… Con Ricky, el partido dentro de los partidos. Me decía que jugara mi propio partido dentro del partido en el que estábamos. Que viera cómo reaccionaba un defensor en un pick and roll, repitiera la jugada en la siguiente acción y viera qué pasaba. Me enseñó como diseccionar las defensas rivales. Aprendía muchísimo con ellos dos”.

Ahora Garland, que estuvo (acabó tercero) entre los finalistas para el premio de Jugador Más Mejorado que se llevó Ja Morant, quiere que Collin Sexton sigue siendo su compañero de backcourt en los Cavs: “Espero que se quede, me encanta jugar con él. Es genial fuera de la pista, nos parecemos mucho. Nos gustan las zapatillas, la ropa y el baloncesto. Era como mi hermano mayor cuando llegué a la NBA. Así que espero que se quede, que tengamos más años para jugar juntos”. Porque lo cierto es que, aunque Cleveland no es el destino ideal para la mayoría de jugadores de la NBA, Garland es feliz en la ciudad y en los Cavs y asume el reto de ser el líder de una franquicia donde la sombra de LeBron James es alargadísima: “Para mí significó mucho la confianza que siempre tuvieron en mí. Esto aquí para Cleveland, adoro la ciudad, su gente y al equipo. Me encanta estar aquí. Hay muchos sitios muy buenos para comer. Los veranos son una locura, hay una… cultura, todo el mundo se relaciona con todo el mundo. No pienso en LeBron y su legado, solo en centrarme en cada momento y trabajar, mejorar, hacer mejor al equipo. LeBron es una leyenda en Cleveland y en la NBA y mi respecto hacia él es máximo, pero me centro en mí y en mi equipo”.