El Andorra le gana una timba al Granca que vale las semifinales
Los de Óscar Quintana dejan con cara de póker a la formación insular, que tenía el factor cancha incluso en la final. Hannah, decisivo con sus cinco tiros libres finales.
Acaba de saltar, en medio del Atlántico, una de las grandes sorpresas de la temporada en la Eurocup. Así, el Morabanc Andorra, merced al temple de Clevin Hannah y los decisivos triples de Jelinek, supo esperar su momento para asaltar la guarida del Gran Canaria y meterse, contra todo pronóstico, en las semifinales de la Eurocup (77-79). El bofetón de realidad que se acaba de llevar la formación insular, que hace bien poco derrotó a su rival de hoy en Liga, se oyó hasta en el propio Principado, pues el equipo de Porfirio Fisac, tras un curso imperial y luego de la eliminación del Joventut, tenía el factor cancha asegurado incluso en la final.
Por la guerra que da al menos en Europa, cuesta creer que el MoraBanc Andorra no sea más que el colista de la ACB. Ahora entrenado por Óscar Quintana, continúa siendo el del Principado un equipo de imposible rendición. Pese a que el Gran Canaria controlaba el marcador durante muchos minutos de la primera parte, no parecía capaz de manejarse con una ventaja cómoda.
En cualquier caso, parecía que los locales comenzaban a darle rienda suelta a su baloncesto cuando, con un parcial de 6-0 para el 21-17, obligaron a Quintana a pedir tiempo muerto. Reaccionó entonces la formación visitante, que se mantenía con sus opciones intactas tras un el triple de Jelinek que cerraba el primer cuarto con ese apretado 23-20.
Salió con otro aire el Gran Canaria al comienzo del segundo acto. Así, siete puntos de una tacada, personificados en cuatro de Balcerowski y un triple de Slaughter, no le dejaron más opción a Óscar Quintana que parar de nuevo un duelo que amenazaba con romperse: 30-20. Le tocaba reaccionar al MoraBanc Andorra para que la noche no se convirtiera en un suplicio, y lo hizo a lo grande merced a sendos triples de Jelinek y Llovet, que se cascó seis puntos en menos de lo que dura un parpadeo para meter de nuevo a los suyos en vereda: 32-29.
El duelo se había convertido entonces en un atractivo intercambio de golpes en ambas canastas del que el Gran Canaria sacó mejor partido: 42-35 al descanso. Sin embargo, los antecedentes cercenaron de inmediato cualquier conato de confianza local por microscópico que este fuera.
Ni que estuviera ansiosa, la formación insular salió enrabietada del descanso. Especialmente Brussino, que le sacó un 3+1 a Paulí nada más reanudarse el partido. Pero, una vez más, el MoraBanc demostró ser un equipo al que hay ganarle varias veces en el mismo partido. Cuando todo parecía oscuro, Miller-McIntyre alzó la voz con cinco puntos seguidos para que, acto seguido, Hannah le sacara un 2+1 a Salvó que puso el marcador en un apretado 58-54 antes de que el intercambio triplista final de Jelinek y Ennis elevara el 63-57 al cielo del Gran Canaria Arena con diez minutos de juego todavía por delante.
Definitivamente, el MoraBanc Andorra había llegado a tiempo al partido para quedarse, y a mediados del último cuarto ya estaba por encima, 71-72, merced a dos triples seguidos de Jelinek, que ya sumaba cinco. El Gran Canaria, un manojo de nervios propio en quien se sentía ganador por méritos presentes y pronósticos previos, se fue consumiendo poco a poco. Los visitantes le cedieron entonces todo el protagonismo a un ex amarillo como Hannah, de largo el más listo de la clase. Primero le sacó tres tiros libres a Albicy y dos a Brussino con los que mantenía a los suyos por delante, y acto seguido forzó una falta de ataque al propio alero argentino, inexplicable su torpeza en ese claro 3x1 con Ennis y Diop esperando una asistencia que parecía más que evidente.
Con ese 77-79 y el tiempo consumiéndose, el Granca ahogó al Morabanc con una excelente última defensa, guardándose para sí poco más de cinco segundos, mal jugados, en los que Slaugther marró el triple decisivo. Así se escribió la gran sorpresa de la presente Eurocup, en la que el Gran Canaria dilapidó la gran oportunidad de su vida, factor cancha asegurado incluso en la final, a costa de un MoraBanc Andorra pletórico con Óscar Quintana en la banda, acaso semifinalista, con todas las de la ley, de la segunda competición del baloncesto europeo.